jueves, agosto 05, 2010

Grises


Desde que estoy yendo al lugar de la obra, no paro, cada vez que llego pienso que tal vez será un día tranquilo, pero ese día no ha llegado. Llamadas, recibir material, pedir más, ir allá y acullá. Bueno esto esta super bien para salirse de la rutina de ir a la oficina, sin embargo si me descontrola un poco, nada que no se pueda superar. He de decir que tengo días grises también, pero son los menos que deseo e invoco tener. ahhh si los cuento aquí tal vez los evaporará para el futuro :P
Para llegar a mi destino, hay tres opciones pero generalmente tomo la que me lleva por el camino más "rápido" aunque no el más bonito ante mis ojos. Cuando ando en mi buen humor pues pasar por ahí es sobrellevadero, pero cuando ando en mis días de negatividad, en los que me levanto con el pie izquierdo, en el que se me disparan las hormonas, en que el sol hace tsunamis, en el que no quiero o no veo el lado amable de las cosas, es entonces cuando pasar por ahí no es lo mejor. No tiene nada que no haya visto antes, pero esto es parte de mis quisquillosidades. El atajo es por una zona de pocos recursos, asentamientos urbanos irregulares, en dónde las casas por fuera son grises, sin ningún otro color, amontonadas, sin un ritmo, las calles son super angostas, no se pueden estacionar sobre ellas los autos, las vialidades aledañas tiene pendientes casi de 80°, micros y combis por doquier haciendo paradas dónde sea y cuando sea. En pocas palabras, son lugares sin planeación urbana alguna, por n razones que fueran. Sin entrar en más detalles sociológicos aunque estoy es parte del su reflejo, apunto más a la visión arquitectónica, mi mero mole o en lo que mis ojos se fijan, si bien no una experta soy pero si una interesada en la materia, ah que le voy hacer, por cierto nada de eso es arquitectura, es sólo autoconstrucción. Pero el punto principal, la carencia de color me hace falta pues para colorear tan sólo el propio día, mi día. Si bien me gustan los contrastes este no me encanta.
No siendo tan quejumbrosa, a favor digo, que el paisaje urbano se me figura en el sentido de la verticalidad que tienen todas las construcciones, que se ven una arriba de otra porque el terreno así lo amerita debido a las grandes pendientes de éste, me acuerdo que, así era como yo las dibujaba siempre, cuando tenía unos 8 años, mis ciudades utópicas. Y ok no hay tantos baches como podría imaginar.
También existe un crucero, en el que el semáforo sirve para nada, simplemente no funciona´no porque este descompuesto, simplemente demasiadas calles se encuentran en un solo punto que difiícilmente se pueden manejar a través de el y de personas al volante con escasos conocimientos sobre vialidades, cordialidad, hacer el bien, respetar al prójimo. Pero no todo esta perdido, existe un hombre que por su propia voluntad es el que lo dirige, es bastante amigable, no tengo idea quien sea o porque lo hace, pero muchos lo conocen y lo saludan, no es agente de tránsito pero todas las veces que he llegado a pasar por ahí, él está. Eso me recordó un día en que el semáforo de una avenida cercana a mi casa se descompuso, provocando un caos terrible, mi papá lo sufrió para llegar a la casa, pero era tal, que vino a dejar el auto y se regreso para dirigir el a los autos, increíblemente le hicieron caso y mejoro, no sé si mucho o poco porque eso fue hace lustros, pero no se me olvida. Me pregunto si este señor tendrá idea de lo bueno que aporta a la sociedad con su acto. Se nota lo feliz que es mientras lo hace, disfrutándolo en verdad.
En días así, aunque no traiga tacones, no les parece a mis pies. Veo los defectos de todos cuando manejan, el que va demasiado lento en el carril de alta, el que no pone direccionales, el que no permite rebasar aunque el vaya a paso tortuga, el que es avorazadoy abarca los dos carriles, o quiere que le dejen entrar en la fila sin formarse antes. Terminar como polvorín de la obra es parte del show que esos días no me parece tan divertido. Doy la llave que no, olvido pedir las facturas, me paso de la salida del periferico para mi casa, y dejo mi cel en dónde no. Será el tsunami solar decimos mi super amiga y yo ja!
No es la idea de hacer una lista infinita de todo la negatividad, ni detonarla, ni menos declarme la mártir de mí, porque especialmente en el tiempo corriendo, se están potencializando todos esas energías que generemos, bueno esto es eso de mis rollos metafísicos, mientras sucede o no, no haré mucho incapié en ello, pero si tenía que describirlo de algún modo, porque muchos días me ha sucedido así, no puedo cerrar los ojos y ya, estos son los negritos en el arroz.
Finalmente creo que a veces es tal como dicen, todo depente por el cristal en que se mirá y no todo afuera es tan gris como veo, la gris soy yo buuuuu.

2 comentarios:

todavia dijo...

La grisitud es la razón por las que, a pesar del impecable manejo de formas que tiene, no me gusta casi nada de lo que hace Teodoro Gonzalez de Leon (Que si bien no es todo gris, de los colores neutros nunca sale)

México es color, color color!! Para grisitudes, con lo que el cinturón conurbado de la ciudad y lo que aporta la politica basta y sobra.

Millenia dijo...

Dicen que los colores naturales de los materiles son lo mejor, el concreto aparente no es mi máximo, pero confieso que si la forma es algo expectucar, termina en segundo plano y me puede llegar a gustar. Pero no creo que yo por decisión propia pudiera vivir en una casa así. Definitivamente el estilo de Teodoro, hablando de él, aún no he ido a darle el vo.bo. a su última obra, un museo en cu. Tengo que.
Ese cinturón conurbado creo que crece más cada día, ahora paso a través de él y ay ... no más gris. Sé que muchos es porque no hay para más, pero también sé que de otros es la pura apatía y no resistencia a la monotonía del vecino.
Es una gran ventaja que acá uno puede pintar su casa del color que más le plasca, en la mayoría de los lugares y ni así.