viernes, diciembre 07, 2012

Te extrañaré siempre



Como comente antes, el lunes mi amado perrito se fue al cielo, todavía me duele mucho saberlo así, sigo esperando verlo cuando llegó, escuchar sus ladridos, de hecho uno de estos días, estaba yo en la cocina y se me figuro escucharlo, obviamente estaba alucinando porque eso ya no podías ser, y recordé todas aquellas historias que cuentan en mi familia, mi mamá que después de que murió su mamá escuchaba la máquina de coser, que mi tía a su esposo que le silbaba y así. Pues me paso igualito! Y es que curioso, que aunque existen muchos perros por aquí de los vecinos, nosotros sabíamos exactamente cual era el de mi perro y no confundirlo con los demás. 
Ahora si cuando llego a casa estoy sola, porque cuando antes pasaba que no había llegado nadie más que yo a la casa, sabía que no lo estaba porque estaba él, cuando me daba miedo hasta lo ponía a ver la tele junto a mi. 
Todavía pienso en él y me pongo a llorar. Ya no vamos a conservar su casita ni nada, nos sentimos tan tristes por él que no quisiera volver a tener un perrito nunca más. Por qué mis perros no se mueren por causas naturales, que el día que ellos quisieran sucediera y ya, no tener que pasar por tanta agonía y dolor como lo hemos pasado nosotros. No quiero volver a tener que consultar un médico para que haga algo que me niego pero que no podía verlo sufrir así, no podía. Recordar todo ese momento de sus últimos minutos es horrible. Ese lunes en la mañana apenas lo ví perder el equilibrio me puse a llorar, como dije, si algo no soporto en esta vida es ver sufrir a un animal (incluídas la aves con todo y todo). Yo no quería que pasara así pero así fue. 
Mi perro era un miembro más de esta familia, y esta familia se ha quedado sin ese cachito peludito y negro, que nos hacía el día con sus travesuras, sus ojitos inocentes y todo su amor incondicional.  Me dice Cristi que sigue con nosotros pero en nuestros corazones. Lo sé pero igual me pone muy triste saber que ya no estará más aquí. Con toda la locura de mis días no he podido ni llorarle bien. 
Y cuando todos creíamos que iba a durar mucho más, porque siempre estuvo tan vivo, tan loco, corría por todos lados, tenía mucha energía, y no se nos había enfermado de nada, y de repente  zaz!  Mi amado perro, lo extraño! 
Nuestro primer perrito no tuvo ésa ventaja, porque no conocíamos a nadie, no teníamos los medios pero el segundo  y éste último si. Lo mandamos incinerar y sus cenizas llegaron ayer jueves, mi mamá pese que no es fan de los perros (ni ninguna mascota) lo quería, así que cuando le hablaron para avisar que ya estaban en la veterinaria, fue por ellas caminando, pensó en darle un recorrido así en su cajita, porque le gustaba mucho darse sus vueltas por la colonia, así que lo paseo por las calles cercanas. Nos las dieron en una cajita muy mona de cerámica, tienen su nombre y la fecha de su deceso. Ahora están aqui sobre la mesa que mi mamá ocupa también para poner a sus santos, altares y demás,  sobre una charola, con unas velitas eléctronicas, que prendemos en las noches. 
El día que tuve un poquito de tiempo, baje con K a darle la noticia, sabía que ella me entendería, porque ama a los animales, de hecho ella es vegetariana por eso. Hasta se puso a llorar cuando le dije, yo me aguante porque justo acaba de llegar un cliente y no quería llegar con los ojos llorosos. Mi tía JM cuando se enteró me dio también sus condolencias y me dijo que aunque ella no esta a favor de las mascotas, entendía nuestro sentir. Claro que Mar y S me dieron un abrazo cuando llegué ese día a la oficina, Gracias. 

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