sábado, marzo 10, 2012

Contextualización



Uno de estos domingos, que me encontré de bajada, cuando ví el cv del innombrable. Soy fijada en muchas cosas, pero en realidad jamás me había importado tanto sobre esto, excepto la vez que mi amigo O me dijo cuanto ganaba la que envolvía los burritos en su restaurante y no puede evitar pensar cuanto gana acá un profesionista, esa vez también lloré, pero pues lo acepté rápidamente, no se me quedó ahí clavado como con el cv de áquel. 
Por fortuna como en ese momento conté, no estaba M para auxiliarme y ponerme los pies en la tierra, así que me puse a escribirle un mail, muy acertado porque se supone que en estos casos uno tiene que sacar del cuerpo esa idea, de alguna manera, una fantástica es escribiendo. 
En lo que escribí llegué a algo muy cierto, para no ofuscarme más de lo que ya estaba, fue tan simple como que el innombrable y yo estamos en desigualdad de circunstancias par poder yo comprar nada entre nosotros. Tan sólo para empezar, el es hombre, yo mujer, el tienen varios años más que yo, el viene del país de las oportunidades yo no, sus recursos fueron diferentes a los mios, estudiamos en universidades diferentes, carreras diferentes, ambientes diferente, valores diferentes, antecedentes familiares diferentes, amistades diferentes y metas muy diferentes. No puede haber punto de comparación. No hay. No es posible. No existe.
Recordé perfecto cuando la misma dra. Anabel hablaba sobre alguna cuestión y recalcaba que no podíamos hacer comparaciones cuando todo alrededor de había sido diferente. Así que no podía sentirme mal por la contextualización de la práctica profesional de él.
Después vino lo que ya quedó en aquel otro post, con los cuestionamientos acertados que M me hizo al día siguiente por la mañana cuando pudimos coincidir, terminé de sentirme mal por eso y seguí fluyendo con la vida. 

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