jueves, febrero 23, 2012

Tarde



Creo que voy a hablar con mi jefe, porque ayer volví a salir tardísimo, a las nueve de la noche, no me parece, así de simple. Sé que muchas personas salen igual o más tarde, es que ya es una costumbre de mi jefe, llegar a las seis de la tarde y ponerse a trabajar como si fueran las nueve. 
Salir así de tarde es algo que en verdad me baja los ánimos muchísimo. Además como estoy enferma, me pesa aún más, anoche mientras trabajaba con mi jefe, porque estábamos resolviendo el acceso al conjunto habitacional que tenemos, estornudé muchas veces, me aguante otras tantas y algunas se me escurría la nariz sin querer, mi jefe nada más se hacía para atrás. Y es que aunque si me da permisos, son como a medias, porque por ejemplo cuando me fui por lo de mi cirugía resulta que a los dos días de operada, lunes, ya me estaba hablando que dónde estaba tal archivo, que le diera los metros cuadrados de todo, así es siempre. 
Yo claro que estoy agradecida por tener trabajo, en esta ciudad y en este país es toda una fortuna, pero muchas veces las personas abusan por la necesidad y buena voluntad de otras. 
Tengo un asunto pendiente que no he podido avanzar porque no tengo un día específico para trabajar en ese asunto, porque no sé cuando si voy a salir a tarde y cuando no, luego el mismo me dice " qué paso con lo otro?" si nunca salgo a tiempo como voy a poder hacerlo, yo entre mi pienso. 
Así que ya estoy pensando en como se lo voy a exponer, en decirle que tengo ese nuevo compromiso y necesito disponer de mi tiempo después de la oficina y se respete entonces mi horario de oficina, que si tengo disposición de apoyar cuando sea necesario en quedarme más horas pero que definitivamente no puede ser todos los días. 
A veces ni urgen las cosas y aquí estamos trabajando de noche. Para mi jefe es muy fácil porque el cuando llega a su casa ya está todo hecho, en la mía no, yo tengo que lavar ropa, planchar, hacerme algo de comer, lavar trastes, ir al super, doblar, limpiar, sacudir, organizar, barrer y demás quehaceres domésticos que al ni le pasan por la mente, más todo lo demás que pueda tener, como aquel asunto,  como ir al cine, leer, museos, como irme al cafecito con la amiga, pero ya ni eso. Ayer llegué a mi casa, no me apetició nada más que ponerme mi pijama e irme a dormir, aunque no pude porque estuve estornudando todo el tiempo, me tomé una pastilla efervecente de vitamina c y eso me medio ayudo.  
Por mucho que me encante mi trabajo no es para estar de 9 a 9 en la oficina, no lo concibo de esa manera. Ahora no sólo llega a las seis, también le está dando por llegar a las 2 en punto, citar gente a esa hora aquí, o sea la hora de nuestra comida. Este asunto de los horarios es algo que realmente me molesta mucho. 
Si se que podría ser peor, que hay peores horarios y trabajos, pero también sé que hay mejores.

0 comentarios: