Super G vino a la ciudad, me llegaron sus mensaje desde temprano que iba a ver a fulano en la Alameda, entre dormida y despierta leí ese mensajito y le dije " pero yo no quiero ir a la Alameda ahorita" me manda otro mensaje y dice " es que ya estoy en la alameda y te hablo para despertarte, te arregles y te veo en una hora para desayunar por tu casa" :o Me apresuré para poderla alcanzar. Desayunamos juntas, nos pusimos al día porque ella había llegado desde el viernes pero anduvo arreglando algunos trámites. Fuimos al clásico lugar, con la novedad que ahora en las mesas hay una botonera, un botón para llamar a la mesera y pedir algo, otro botón para pedir la cuenta y otro botón para que ella llegué y apague la señal, misma que le llega a una especie de reloj que trae en la muñeca. Que inventos!
Saliendo de ahí, pasamos a su casa a dejarle algo a su mamá y emprendimos el viaje hacia el museo Soumaya, aunque yo ya he estado ahí, quedamos en que la llevaría a conocerlo, a mi me gusta el lugar así que no tuve objeción alguna. Con la gran ventana de que por el momento el estacionamiento no lo cobran, pues pudimos andar a nuestras anchas de tiempo. Afortunadamente no había fila, nada, cero, para entrar al museo, que como he mencionado antes, es gratis, ya dentro de el, ví que había menos gente que el día que yo fui que estaba hasta el tope. Lo recorrimos todo, fuimos más que nada por el edificio, porque necesitaríamos de más tiempo para poder apreciar cada una de las obras, ella se concentro en ver los faltantes, que si no tiene zoclo, que si los rieles de las lámparas, etc., yo me dedique a tomar fotos a algunas de las pinturas que me gustaron desde la vez pasada.
Saliendo de ahí nos fuimos a comer mientras esperamos a la amiga de super G. Compramos nuestra comida en la zona de comida rápida, en el localito que me gusto tanto, donde venden ensaladas con panes rellenos de algo. Super G pidio pollo teriyaki, estaba muy bueno, lo mismo que el mio a la bolognesa, amiga G pidió el clásico de pollo y tocino dijo que buenísimo también, y la vez pasada había pedido el de salami y también. Ella también nos recomendó otro local, lo mismo que el restaurante italiano de la entrada.
Enfrente de dónde estábamos, está otro pasaje comercial que a mi me encanta, completamente diferente al que estábamos que es cerrado, el otro en cambio es como un paseo totalmente abierto, la planta baja esta llena de bancas, mesitas, jardineras, borbotones y espejos de agua, una lindura. No por nada le damos la razón a su diseñador que es especialista en centros comerciales. Este en verdad le quedo hermoso, me encanta. Super G no lo conocía precisamente por eso insistí tanto en ir a dar una vuelta por allá, le gusto también. Nos metimos a las tiendas de ropa, aunque la mayoría son marcos de lujo, hay un par accesibles, encontramos una super oferta en una falda que amiga G y yo nos compramos. Entramos también a la tienda de ensueño, se llama Casa Palacio, es de artículos de hogar y muebles, pero de lujo claro, que sirve perfectamente para inspirarse, las tres estábamos fascinadas paseando entre las esenografías de salas, recámarás, comedores, etc. A la hora del postre nos fuimos a la sucursal del localito que me gusta, porque tienen uno muy bueno de pay de manzana con una bola de helado de vainilla, como las mesas de la zona están sobre una terraza pasamos por ahí largo rato, tres mujeres saboreando una delicia y arreglando el mundo, al menos nuestros mundos. Todo era maravilloso! todo era perfecto dentro de la imperfección del acontecer diario. Mientras estábamos conversando, tuve esa sensación de extrema felicidad, porque aunque podría ser mi vida no perfecta o como la deseo, pero cuento con la capacidad para resolver o salir a delante, finalmente, las adversidades son como detonantes de creatividad para buscar e idear nuevas o impensadas soluciones. No es descubrir el hilo negro, lo sé, pero poderlo visualizar como lo hice en ese momento, me alegro mucho, ya que la mayoría de las veces, no puedo hacer ese tipo de pausas, por las prisas y premura de la rutina.
Después también nos pasamos a las mesas de la planta baja, a lado de un espejo de agua, el día era perfecto, hacía un calorcito muy rico sin ser abrumador y soplaba una viento suave pero ya estaba empezando a oscurecer. Nos despedimos de amiga G que me agrado demasiado, es muy amable e inteliginte, tuvimos platicas muy estimulantes, como que llegamos a la conclusión de que la colección del museo Soumaya no tiene museografía y que funciona más como galería que otra cosa. Sin embargo gracias al dueño de la "galería" pudimos tener en esta ciudad un edificio vanguardista que difiere de cualquier cosa que se ha construido aquí.
De ahi super G y yo nos fuimos al cine, queríamos ver Agua para Elefantes, que ninguna la ha visto, pero los horarios de las películas están pésimos, así que sólo alcanzamos para La del Abogado del Lincon, que yo ya había visto en los yunites, que me tuve que aventar todita en inglés sin subtítulos, pero que me gusto mucho, tanto que acepte verla por segunda vez para ver si se me había ido algo, cuando termino la película y me di cuenta que había entendido perfectamente bien, me felicite a mi misma, no estoy tan perdida en el inglés. A super G también le gusto.
Me la pase increíblemente FELIZ como hacía mucho no me pasaba!
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