Rosa

En que ando. En la semana fue el cumple del arqui y también del inge, así que hubo pastel en la oficina. S lo trajo de la pastelería casera de esos rumbos, les quedan siempre muy buenos, confirmado por mi jefe. 

Ayer tuve una cita en las oficinas de recaudación de impuestos, me fue super, creo que no pude escoger mejor día. Los dos últimos días, estuvieron muy tranquilos, ya me tocaba!, porque no le veía el fin a esos días de premuras, saturados, salidas tarde, etc. Me fui a comer "temprano", me encontré que aún seguía la promoción de las flores que quedaron de san valentín, ahora tenían descuento, y vaya que descuento, conseguí una docena de rosas por 20 pesos, aún estaban en botón así que van a abrir muy bonito aún. Cuando las vi no dude en traerme unas. Estando ahí en la fuente de sodas del super al que vamos, me dí cuenta de algo. Por la zona de alcurnia en la que está situado, suele ser frecuentado por clientes de nacionalidad extranjera, franceses, alemanes, gringos, por lo que escucho que hablan, como es sabido, en estos países la gente lee y lee mucho, sobretodo que los que tienen niños es común verlos que siempre que van, se dirigen a la zona de "revistas" que es lo más cercano a una librería que pudiera haber por la zona. 

También el otro día paso algo medio chistoso. Existe un hombre de edad adulta que todos los días se sienta a leer el periódico y a tachar sus hojitas de pronósticos de lotería. El señor es medio raro y medio uraño. Total que apareció otro señor, mucha mayor que él, usaba anteojos, se acercó a la mesa del otro, jaló una silla y se sentó, mientras el señor del periódico lo miraba sorprendido, parecía una broma de cámara escondida. Yo también me asombre porque el señor porque siempre va solo. Una vez que el nuevo se sentó, miró hacia el frente y se dio cuenta que estaba sentado el otro, entonces se paro rapidísimo y se disculpo, le dijo que no veía bien y que no se había dado cuenta de que estaba ocupada la mesa. El otro señor, dijo que no había problema, pero de todas formas el nuevo apenado se paso a otra mesa. El otro guardó su periódico se levanto y se fue.

Ahora sí que como dicen todo pasa por algo y para bien.  Resulta que para hacer el tipo de trámite que yo necesitaba es a fuerza con cita, mejor, porque se supone así uno no espera largas horas sin razón. La había hecho para otro día, pero no la pude confirmar porque eso se hace dentro de un horario especifico, me dicen " usted sólo puede confirmar su cita a partir del día 3 a tal hora hasta el día 4 a tal hora. Yo me acorde como 20 minutos después de  terminado el plazo, la había hecho para un miércoles, a primera hora, pensé. Sin embargo cuando la tuve que volver a hacer, encontré horario disponible hasta el viernes a las 4.10 pm, le dije que sí al sistema, ahora estuve al pendiente de la confirmación y lo hice. 

Me fue bien! porque a esa hora como ya todo la ciudad se estaba moviendo hacia el centro, dejándome el camino libre. El estacionamiento esta vacío, comparado cuando he ido en la mañana que no cabe ni un alfiler! Me fui con tiempo eso sí, sin embargo como no encontré nada de tráfico, llegué con 20 minutos de anticipación. El humor de las personas tanto en la calle como en las oficinas fue muy agradable, sin estrés, todo tranquilo, siento que es por el hecho de saber que era viernes y que al día siguiente nadie o casi nadie trabajaría, etc., lo que todos sentimos cuando es viernes. Por ser en la tarde había muy poca gente, contribuyendo también al día de semana que era. Logré además poder realizar mi trámite. Lo que sigue es cosa aparte. Estuvo mejor que si hubiera ido aquel miércoles temprano cuando todos andan en las prisas, caras de preocupados por el hecho de estar en esas oficinas, a mitad de semana. 

Estando ahí noté dos cosas, que los recaudadores tienen gran tecnología, casi como en el fbi, ya ni en los pasaportes, porque ahora me tomaron todas mis huellas y las digitalizaron, tomaron una foto de mis pupilas además de mi rostro," fíjate fíjate" como diría la Chilindrina. 

Saliendo de ahí, la tranquilidad persistía en la ciudad, ya no regresaría a la oficina así que me fuí al Office para comprar unas carpetas y poder organizar todos los tickets, papeles y papelitos por haber, salí con una engrapadora, un plumón indeleble, un sacapuntas doble y una caja de clips.