lunes, enero 24, 2011

Black


Esta semana imaginaba que habría recuperado mi salud al 100% pero no fue así, al contrario, el sábado salí a dejar el auto al mecánico, sin sueter, soplaba un aire frío. Luego me fui con una amiga que estaba peor de enferma que yo, aunque no tenía gripa si tenía la tos que ahora tengo yo. El domingo empece a sentirme cansada, tanto que en la tarde me quede un ratito dormida, si no hubiera sido porque teníamos que irnos a aquel velorio, yo no me abría levantado. La noche estaba fría también, a pesar del brillante y sol de la mañana. Awwww. Cuando amaneció el lunes no quería ni levantarme, sentía ya todos los bichos ahí. La espalda me duele, entre gripe y tos. Pero ni se me ocurre faltar, porque para como se pusieron las cosas la otra vez, mejor no.
Por cierto que en lo que va del año, he estado ya en dos velorios, el primero fue casi después de reyes, con el abuelito del novio de mi hermana, todos lo conocíamos y apreciabamos porque era un señor bueno, además era como que el doctor de la cuadra, era un señor de edad muy mayor, tendría unos 93 años, pero con todo y su lento caminar andaba por ahi a paso lento por la colonia, solía frecuentar mucho los restaurantes de la zona, la mayoría de las veces, con su esposa, tendría pocos años de haber contraído nupcias por segunda ocasión después de enviudar. Mi mamá estuvo consternada durante todo el tiempo que estuvo ahí en sala velatoria, porque el señor no era una persona religiosa, ni de ninguna religión  especifica,  así que no hubo rezos de ningún tipo, para mi mamá fue de lo más extraño porque todos los velorios a los que ha ido durante toda su vida, los ha habido, máxime para lo religiosa que es nuestra familia, en especial mis tías las de edad más avanzada. Mi mamá sintió alivio cuando una de las asistentes citó una frase en la que se hacía mención a "Dios" ,  creo que hasta ese momento se le fue la angustía.
El segundo velorio fue del tío de una amiga muy querida de la familia, para ella era como su papá,  las cincunstancias del descenso no se le desean a nadie, además de ser repentino e inimaginble la forma, además su tío era relativamente joven. El sábado estaba en la misa de la tarde, cuando nada de eso había sucedio aún, precisamente el padre decía " estén preparados, en paz, porque no sabemos si va a ser nuestro último día, semana, mes o año". Ese mismo sábado mi mamá se estaba probando vestidos para la boda del próximo sábado, entre ellos sacao el que le había hecho el tío y vino a la mente de mi mamá. Así como a unas horas de dejar este mundo el tío le había regalado tres blusas negras a su mamá , al mismo tiempo que su mamá le había comprado su fruta favorita. Claro que uno no puede vivir pensando que mañana morirá pero sí en llevar a cabo todos nuestras azañas de la manera más armoniosa posible con nosotros y con los demás, yo creo.  En éste, fue todo diferente, aunque la familia de mi amiga no es muy religiosa, todos estaban deseosos de rezar el rosario y la visita del sacerdote para despedir al tío.
No me gusta hablar de velorios, ni muerte, ni cosas tristes, pero son parte de esta vida. Hago referencia a estos hechos porque ocurrieron y la muerte tan cercana siempre trae reflexión; creo que  ir no ayudo mucho a mi recuperación porque las noches han estado frías, de hecho no suelo ir a este tipo de eventos, por n razones, sin embargo por la cercanía de  las personas, asistí.  
Hubo un tercero pero a es no fuimos, por varias razones, entre ellas la lógistica y la distancia. 



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