sábado, septiembre 11, 2010

Un respiro por favor


Esta semana fue demasiado agitada. Empezando por la visita del boss el lunes. Siguiendo el miércoles el día más agitado tanto que me dio un dolor de cabeza de esos en los que las aspirinas no me hacen efecto.

Resulta que esta semana estaba por ser la última en ese lugar, pero ahora se agregaron algunos trabajos más: quitar todo el mármol de la sala, comedor, sala de tv y oficina, cuando lo supe el único pensamiento en mi mente fue " lluvía de polvo de nuevo". Por supuesto que no me quedaría ahí, cambié la sede de mi escritorio, ahora me ubique en una de las recamarás al fondo, dónde puedo cerrar la puerta, tengo una mejor vista y entra la luz en todo su esplendor, reduciendo así mis aspiraciones de polvo. Con mi dolor de cabeza, los martillazos los sentía como en mi propia cabeza.

El miércoles no paré. Empezando que por razones desconocidas aunque no era la hora pico, el periférico estaba lleno, no pude entrar y tome entonces el camino alternativo, el gris. Desde que llgué atendí al herrero que se llevaría unas cosas, apenas llegué me dí cuenta que se estaban llevando una puerta que no era, los regresé a subirla de nuevo, no les agradó mucho la idea porque eran cinco pisos por las escaleras, si los subes muy rápido hasta marean, yo misma subí y baje varias veces ese día porque el elevador estaba en reparación, me sirvió de ejercicio que mucha falta me hace, pero no con dolor de cabeza, ouch.

También atendí al de los canceles, que esta vez si me recogiera todas las birutas de aluminio, que tomara bien las medidas. Luego llegó el de las cocinas, a checar todo, me hizo unas observaciones para poder instalar la cocina integral que tenían que estar hechas para la próxima semana. Tales como mover la salida de agua para el refrigerador, que implicaba abrir el muro, traer al plomero para colocar una extensión al mismo tuvo del agua, así lo mismo para la tubería del gas. Le siguió por el telefono la de los accesorios de baño, que me pedía un modelo para las llaves del lavabo pero para que se lo daba si a todo me decía que no había, al final fue casi como " el que tengaas, ese me serive", porque realmente lo primordial era que me los diera con la salida que tienen los tubos, de ponerle otra no entrarían. Terminaba de colgar cuando el maistro me decía por ventiaba vez que el yeso y el ácido para limpiar, "ya voy, ya voy".

Me salí por las cosas, ya iban a dar para ese entonces las 2pm me estaba entrando el hambre, no iba a salir a comer porque el del mármol llegaría a esa hora, así que pasé por una heladería y me dí un gusto, con un helado sabor "pay de limón" por diez pesos, algo así casi como menos de un dolar, que me supo tan rico o más que el del local todo austero de la plaza por 35 pesos que son algo así como 3 dolares.

Regrese, tome fotos, baje fotos, redacte un mail con todos los pormenores y se lo mande a mi jefe, cuando llegaba el del mármol, vimos todos los detalles, volvimos a hablar con mi jefe. Se fue. Pero ya me había avisado que el eléctrico vendría. Traía una ensalda para comer, previniendome, pero no mucho tiempo tenía, aunque no salí del edificio. Alcance a comer algo en 15 minutos cuando llegó el eléctrico, le dije todo lo que había que hacer, salieron otras n dudas, fui a ver mi clienta, subí. Ya no daba una, me sentía muy cansada, pero aún tenía que encontrarme con ella después.

Para cuando venía de regreso a mi casa, ya me dolía más la cabeza, no alcancé al plomero, llegue a mi casa, casi sin hablar, me puse mi pijama y me acoste, me tomé otras aspirinas, hasta que el sueño me atrapo, un rato después. Tuve pesadillas porque el plomero tenía que cambiar cosas y el ni sus luces. El dolor de cabeza se me quitó a la mañana siguiente cuando le hablé trempranismo para que no se ocupara en otra cosa más y me fuera a cambiar todo.

El juves creo que amencí sin fuerzas de nada.

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