sábado, septiembre 18, 2010

Acciones


El viernes llevamos a mi tía a llevar unos papeles al hospital que la asiste. Creo que no habría habido mejor día para hacerlo, ya que debido a los días libres por las fiestas patrias, muchos salieron de la ciudad o no trabajaron, por lo que no había nada de tráfico en la ciudad, mucho menos en el hospital. Las acompañé porque sabía que la zona dónde se encuentra, es donde están construyendo el museo Soumaya, edificio que me encantó en su diseño desde que me enteré. Me llevé mi cámara y logre algunas tomas, que maravilla porque aún no está terminado, así que sale su estructura antes de que lo forren.

Sin tráfico es maravilloso andar por la ciudad, que así fuera siempre. Me gusta mucho esa zona porque está cerca de mi casa y tiene varios edificios interesantes, locales dónde ir a comer, tiendas, pero es de las más concurridas de las más caras. Con todo lo de los huracanes que están entrando, a nosotros nos han tocado días medio nublados, creando un clima ideal, sin frío, ni calor.

Saliendo de ahí nos fuimos a comprar la comida, para hacer un delicioso pescado a la veracruzana, de sólo acordarme me lo saboreo. De camino al super, vi algo inusual. Resulta que veníamos circulando por una de las vías principales de esta gran ciudad, por las laterales, que igual de transitadas están, llegamos a un punto dónde nos detuvimos, por algo, resulta que a algún camión de basura o escombró, se le cayó sobre el carril de alta velocidad, una rama muy grande que lo abarcaba todo, lo cual era un gran peligro para todos, así que una señora como de unos 50 y pico de años, de plano puso sus intermitentes y se bajo a intentar moverla, aunque la rama ya estaba seca, era demasiado pesada para ella, nosotros estamos en el carril de a lado, como a dos carros atrás de ella pero pude ver todo, estuve a un pelo de bajarme ayudarla pero yo no podía bajarme porque mi puerta daba al lado que si circulaban y pasaban como bólidos, además de que ya nos estaban tocando todos los de atrás para que avanzáramos, si saber que no podíamos. La acción de la señora me sorprendió muchísimo, de 20 millones de habitantes de esta gran ciudad, existe aún el espíritu cívico, en varios quiero pensar, que como ella hay más. No se me habría ocurrido hacerlo, pero cuando la vi si pensé en contribuir con ella, sin embargo avanzamos, fue tan rápido que cuando quisimos detenernos ya no alcanzamos. Porque a pesar de todo esta ciudad es nuestra y como dice Cristina Pacheco "aquí nos toco vivir".

0 comentarios: