viernes, septiembre 17, 2010

El desfile militar



El jueves 16 de septiembre fue oficialmente día no laborable. Pude abrir los ojos cuando deje de tener sueño que no fue precisamente muy tarde. Como a mi me gusta ver el desfile militar pues tenía el pendiente cuando abrí el ojo por ahí de las ocho pensé que ya hasta había empezado pero no, hubo una ceremonia antes. A las 11 am empezaron los honores a la bandera, cuando escucho los el tocar de los tambores me entra así como una emoción, como suben la bandera y el orden en los que están acomodados los soldaditos. Empezó el desfile. Por un rato subía yo a la azotea de mi casa a ver pasar los aviones cuando escuchaba que venían. Vi que no era la única , algunos vecinos también estaban ahí, los que tienen niños, ja yo no tengo ni uno pero desde siempre me ha gustado ver pasar los aviones, al principio lo hacía con mi adorado abuelito.
De desayunar quedó un pambazo y que me lo como, pero les hice unos molletes a las demás, de paso me comí uno. Creo que el maratón de comilonas casi que empieza desde el 15 de septiembre, pasando por el halloween, día de muertos antes jaaaaaaaa.
Cuando veo a los soldaditos ahí, luego luego me fijo en la sincronización, en el perfecto orden, pienso en el trabajal de poder lograr eso, me remonto a mis años de infanta cuando hacíamos honores a la bandera, alguna vez estuve en una escolta del kinder creo cuando mis calificaciones y mi altura eran las más altas, jaaaaaaaaaaaaa no es que con el tiempo las calificaciones bajaran, esas no, pero la altura sí, para esos años estar en la escolta era mi sueño dorado, mio y el de muchas, que hasta jugabamos a eso fuera de la escuela, dábamos vueltas y vueltas en el patio de mi casa, prácticando y simulando, mi prima, mi hermana, mi primo y mi amiga vecina.
También me acuerdo del video de luis miguel de la incondicional, que cuenta la historia que se enlista en el ejercito dónde se ve guapísimo. Luego me acuerdo del papá de mi amiga L que era militar, siempre muy serio él, me sorprendía escucharlo decir un chascarrillo, no sabía si reírme o no, de las pocas veces que lo llegaba yo a ver siempre estaba en su traje de carácter, la vez que más me impresionó porque los vi tan cerca de mí y en acción por así decirlo, fue cuando pasé un fin de semana con ellos fuera de la ciudad, porque a ese lugar lo habían trasladado, no sé cómo pero en cierto punto nos encontramos con su comboy de soldados, entonces atrás de nosotros venían puras camionetas llenas de ellos, con antenas especiales en los vehículos, hablándose por radio, venían de una misión o yo que sé, así todo el camino hasta que llegamos a la zona militar. En la universidad conocí el edificio del colegio militar diseñado por Agustín Hernández, he querido conocerlo, pero nunca me paso por la mente que me llevara el papá de mi amiga, estaba yo tan en la luna, que ahora que se me ocurrió ya no es posible más. Casi me muero cuando mi amiga M me dijo que ella había ido varias veces. ja!
Me acuerdo también de mi vecina, contemporánea mía que no sé por qué le vino la idea de meterse al ejercito, me contaba de las pruebas físicas que le hicieron hacer, la peor desde mi punto de vista era aventarse de la plataforma de 10 metros, me parecía terrorífico, lo dice alguien que no era capaz de saltar ni de la orilla de la alberca, ya lo superé pero es que era una sensación de no tocar fondo bastante angustiante para mi, máxime si era una alberca profunda pues más abajo te hundes, y tardas más en salir a la superficie, que se me hace eterno. Mi profesor de natación me perseguía alrededor de toda al alberca para hacerme que me aventara pero mi recurso era, sentarme en la orilla y una vez sentada me impulsaba, así entraba con menos fuerza al agua, según mis cálculos físicos. Empezando por esas pruebas a mi se me hubieran ido las ganas de entrar. Mi vecina no quedó, por suerte, porque ella es tan buena, tierna y dulce que no me la habría imaginado en ese ambiente tan rudo.
Ahorita me acabo de acordar que tenía un compañero en la universidad, de esos matados, o sea, de los puntuales, cumplidos, que entregaban siempre las tareas así les costara la vida y el sueño, o sea como yo jaaaaaaaa pero en versión corregida y aumentada. Era de complexión delgada, con el look de esos que no mata ni una mosca, una del salón sólo porque yo solía hacer equipo con él en varias materias, y ella no tenía nada mejor que hacer que andar inventando historias románticas (y otras no tanto) en su mente, en eso se divertía cuando no estaba haciendo acordeones para copiar en los exámenes, o sea, sus buenas notas no eran por inteligente ni matada, total que sus cuentos a mi se me resbalaban, como los dos eramos cumplidores pues nuestros trabajos salían con buenas notas, ese era el fin de todo, sin inmutarse ninguno de los comentarios de aquella. Paso el tiempo, no supe si terminó o no los semestres, años después en una expo de arquitectura y construcción me lo encontré, totalmente cambiando, ya no era delgado, sino más bien del tipo musculoso, con una presencia más segura, otro tipo de ropa, pero con su esencia tímida, apenas y lo reconocí, intercambiamos unas palabras, dónde me contó que se había metido al ejercito, por un primo que le hizo coco wash, en la carrera de ingeniería civil militar o una onda así. Ya no supe más de él, sólo pensé en las vueltas que da la vida. Sí, es la misma exposición a la que poco me gusta ir y me he quejado en otros post de lo sexistas que son , no lo soporto, además de elitistas.
Tengo un vago recuerdo de que alguna vez mi papá me llevo a ver un desfile militar del 16 de septiembre, sobre reforma, me cargo en sus hombros para que yo pudiera ver, pero tendría yo unos 7 años de edad. Cuando todavía no había tantos habitantes en esta ciudad y se podía disfrutar más o menos de un evento masivo como éste, sin apretujones.



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