
Se suponía que iría hacia las mansiones de la gran ciudad pero los planes cambiaron, tenía que mandar unos detalles a la obra foranea, al final me fui a las mansiones pero las que están cruzando la calle, aunque tengo que ir en auto, porque mi destino está más allá del arrollo de la avenida. Cuando llegue, me quede asombrada, por fin le vi forma a todo lo que antes no parecía tener, esto es tan común en el área de la arquitectura, entonces una gran sonrisa llego a mis labios, entonces compartí la felicidad aquella con la que el otro día mi jefe llego, diciéndome que tenía que ir, que estaba quedando fantástica. Como tenía mucho que hacer y no sabía si iba a tener tiempo de terminar, no me pude dar el lujo de salir a vagabundear por ahí, para darme babear con las casas de por ahí, que si bien los terrenos no son tan grandes como el otro lugar al que voy, ya que este fraccionamiento es relativamente nuevo, se dieron cuenta de que reduciendo los metros cuadrados de jardines en los terrenos, les saldrían mas número de terrenos, serían más accesibles a los compradores y ganarían más, como sea, me gusta porque como es nuevo, aquí las propuestas son más arriesgadas, en cuanto a estilos, obviamente existe un reglamento para regular las locuras de los arquitectos o de los clientes, lo sé porque todo el tiempo que el arqui trabajo con nosotros creo que no había semana en que no me repitiera que ese reglamento cambio su idea original cuando construía su casa.
Había como 30 trabajadores, entre pintores, electricistas, herreros, albañiles, los que ponen el piso, los que ponen los paneles de yeso, los carpinteros y eso que los plomeros no estaban, ni los que van a poner la cocina integral, yo la única mujer, lo cual crea un gran contraste para mi foco visual, ya que en mi familia las mujeres siempre han predominando, pero desde que en la preparatoria tuve que elegir el área uno que se enfocaba a la ingeniería, dónde tuve que tomar cálculo diferencial que fue una de las materias que menos me ha gustado en toda la historia de mi vida, después de teatro y guitarra, en aquel entonces las mujeres en el salón se redujeron considerablemente, aún más cuando entre a la universidad, y aún más ahora en el ámbito laboral, buuuu.
Me acuerdo de la mamá de mi amiga L, un día estando en su casa conversando salió la típica pregunta de " qué vas a estudiar?" cuando le dije que arquitectura, trato de disuadiarme de no hacerlo, que estudiara algo como administración, lo clásico pensé yo, o al menos lo que más siguen, pero creo que ni en ese momento me pude visualizar en un corporativio, vestida casi al unísono de todas las otras mujeres, con bonches de folders con números por revisar, así igualito como todas mis amigas lo hacen ahora, claro excepto las que son mis colegas. En aquel momento a mi amiga L sólo le importaban dos cosas: estar en forma, se la pasaba en el gimnasio, a dieta, y la segunda cosa, el chico que le gustaba del gimnasio jajajaja, duraron años todo para que ni se casará con él, sino con uno totalmente opuesto a él. Ella estudió comercio internacional, cre-o.
Entonces ser la única mujer entre tanto hombre, no me causa conflicto, siempre y cuando no sea estando en el nivel cancha de un concierto de rock, entrada general, es decir sin asientos, pelando mi lugar en primera fila, o en un vagón de metro en la hora pico, sin que sea exclusivo para mujeres y niños, porque entonces si sería el holocausto.
De las cosas que me encontré estando ahí, los maistros carpinteros tenían armado un "banco" de trabajo que me recordó mucho al de mi adorado abuelito, que si bien, el no era carpintero, lo tenía para todo lo que se pudiera necesitar, incluidas mis tareas jejejee. Pero sí los chinos rubios que salen de cepillar la madera, que no son más que virutas, me recordaron lo mucho que me encantaba jugar con ellos, en el taller de mi tío, el que si era carpintero (y que trabajo siempre para esos arquitectos reconocidos cuyas obras ahora veo en libros), cuando era pequeña recogía varios y me los ponía de peluca en la cabeza, jajajaja, o jugaba con el serrín que se convertía en una masa perfecta para mis creaciones esculturales; cuando era gentil, le ayudaba a mi tío que era bastante gruñón pero con tal de jugar en su taller me ponía a barrer todos los chinos y serrín que estaban en el suelo, eso me recuerda también que de niña hacer las labores domésticas eran más bien un juego, que una obligación. Esos eran mis juegos de niña, entre las virutas de madera, ah que bueno es recordarlos.
Con el cambio climático, está haciendo más populares los sistemas de regulación de la temperatura interior de los esapcios artificialmente, quien puede pagarlo claro, así que esta casa tiene todo el sistema de calefacción en el piso. También sentí de primera instancia, que las protecciones en el jardín me parecieron bonitas, pero cuando estuve dentro el enorme jardín que por las características del terreno, se encuentra a un nivel como 10 metros más profundo que el de los vecinos circundantes, me hizo sentir como en donde guardaban al velociraptor de la película parque jurásico uno :P de todas formas sobre sale de todos los demás jardines, ese es el punto, cuando lo cubran los bambúes y la fuente este funcionando se verá aún mejor.
3 comentarios:
que interesante,si es un área con poca demanda femenina, mi novio estudia ingeniería civil y se que jamas tendré que preocuparme por que alguien le coquetee en sus clases (: y que divertido lo del serrín valla que valía la pena barrer para jugar no?
El aserrin huele bien bonito =) Debió ser interesante tu niñez!
Las arquitectas -y las ingenieras civiles- son contadas, y tienen un pegue que ahi te encargo! Seguro cuando andas en la obra, bajita la mano los trabajadores no te quitan la vista de encima ;)
Ojala pudieras poner aunque sea una foto de la obra terminada. Me muero de curiosidad por verla
Taily:
asì es, nada de que preocuparse :P
no sabes como me divertìa en aquel taller, hasta disfrutaba el barrer :)
Todavìa:
No recordaba esos momentos de felicidad en el taller de mi tio, hasta ahora que vi el banco y las virutas, si puedo decir que fue de lindo de aquella època.
Si que somos pocas en el area, pero veo que con el paso del tiempo va aumentando el nùmero. Lo del pegue no se, jajaja pero de las miradas esas son seguras, despuès de tantìsimas ya no tienen efecto en mi jajaja.
En la obra, la diferencia entre antes y el despuès, muchas veces es increìble. Te mandarè unas fotitos.
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