domingo, junio 13, 2010

Historia de zapatos


Estoy engentada. Resulta que un día caminando por ahí, me encontré con unos zapatos blancos que me parecieron que eran los ideales en todos sentidos: precio, diseño, ocasión. Me los medí y me quedaban perfectos, pero no me los compré, porque para ese momento no los necesitaba, pensé en regresar después, esto es tan común en mí, pero ahora que regresé por ellos, como un mes después, no había de mi número. Y lo que siguió a continuación es algo que no soporto: tener en la mente la idea de "esos" zapatos y no querer ningunos otros. Así que fui a recorrer n zapaterías en su búsqueda sin éxito, además que parecía que todo mundo había salido a comprar zapatos, increíble!, en una en especial, parecía que los regalaban, estaba llena, para ese entonces me abrí a la idea de que tal vez podrían escoger otros, pero no había lugar para sentarse y medirse los zapatos, ni siquiera para poder verlos desde las vitrinas porque los pasillos llenos, cuando llegué había unas cuantas personas, el lugar pequeño, pero pasaron los minutos y de repente llena, todos hablaban al mismo tiempo, los niños corrían y gritaban por toda la zapatería, las señoras se sentaba en mi lugar sin importarles que ahí estaba yo, sólo había un espejo para mirarse, familia de cinco integrantes pero sólo uno de ellos se iba a comprar, los otros cuatro estaban ocupando también lugar, el último par de que me probé tuve que hacerlo de pie, para colmo, no había en ninguno de los que escogí nunca de mi número, me traían medios números arriba o abajo del indicado, en el momento de la desesperación, en medio de esa locura de gente, con tal de terminar con ese calvario pude haber dicho que sí pero me contuve y pensé si voy a pagar por ellos porque he de llevarme algo que no me queda ni es de mi gusto. Total para esas horas el hambre ya estaba apareciendo, así que mejor hice una pausa, me fui al lugar donde me estaban esperando para comer, en el restaurante aquel había una pecera de burbujas, lo cual fue reconfortante y tranquilizador. Ya relajadas y tranquilas me fui hacia donde me había dicho mi madre desde el pricipio que fuera, no voy a dudar en hacerle caso para la próxima! porque la que ella sugería estaba a un paso de mi casa, con menos gente, con menos tráfico, aunque en esta ciudad sería como un milagro no encontrarse con tales. Finalmente los encontré y en mi número. Esto en otro momento no habría sido gran problema porque para mi los zapatos no eran tan importantes, ni mucho menos armar los outfits pero ahora, me a aparecido tal interés y a veces se vuelve un via crucis andar recorriendo tiendas de ropa o zapatos en busca de el atuendo elegido. Fue algo agotador todo lo que pasé este día, y mientras caminaba molesta por no habérmelos comprado aquél día, por el gentío, por el sol, por la lluvía, por el tráfico, por las malas señalizaciones, por que no hay estacionamiento suficiente, absolutamente todo lo veía en gris. Todavía estoy medio sensible a eso y a mi hermana se le ocurre jugar a todo volumen su guitar hero! Para rematar, estando por allá, descubrí que la cubierta protectora de mi blackberry se ha roto, horror!

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