Estoy convencida de que estar y tratar con esta clienta que tengo es desgastante, me agota, me absorbe toda la energía de la poca que de por sí tengo. Si puedo decir que la prefiero a la otra clienta agarrada que aún le debe dinero (mísera cantidad) al plomero que de buena gana le fue a ponerle sus muebles cuando eso ya fue completamente aparte, pero eso sí nos presume su mercedes, sus viajes, casas por el mundo y que surran lana casi casi, que gente!
Pero de cualquier forma esta otra me lleva al límite de mi tolerancia, hacer un drama marca acme porque le van a cambiar una lámpara, una puerta, por favor! Tengo ganas de decirle que en la vida hay cosas más importantes que eso, por las cuales si debería de desmayarse.
No tengo idea si algún día de su vida trabajo, o sea tuvo un trabajo normal como todos, en las que se gano el dinero con su propio esfuerzo e intelecto, no lo sé ni tampoco es algo que me interese sin embargo creo que intenta justificarse ante los trabajadores, no sé con cual fin.
Llego a la casa y lo único que quiero es descansar.
Este dia fui a ver lo de la mentada multa, desde la mañana hubo un trafico de los mil diablos por ser viernes tal vez y día de pago, casi navidad, y así se vuelven los días conforme más nos acercamos a aquella fecha, total de ahí me fui a llevar una nota que el vendedor me dio en lugar de darme la factura, para esto yo no tenía ni idea que me tenía que dar una factura, pero él sí, así de listos los vendedores dios! tuve que regresar a intercambiarla por una factura cuando fue su mísera culpa, corregir los errores de los otros -no sólo los míos- es mi trabajo -cosas que nunca me enseñaron en la escuela de arquitectura- ni tampoco me dijero que tendría que ir por facturas -me pregunto si Zaha Hadid lo hace? pa! seguramente en su vida! jaaaa- total que de ahí me fui directo a la casa de la clienta que ya me había hablado al móvil obviamente, para decirme como en ataque de pánico -típico- que no iba a permitir que en una nube de polvo -ajá- pintaran. Me movió a los pintores y cuando mi jefe le expone la REALIDAD, de que a cada rato nos mueve a la gente -en pocas palabras no nos deja trabajar- y nos atrasa lo NIEGA y me hace un drama a mí. Uhmmm.
Por fortuna, dentro de todo el caos, los trabajadores están dentro del área, es decir mi oficina está a cinco minutos de ahí, los trabajadores los puedo mover a una u otra obra, y a dios gracias no están en el fin del mundo como las otras obras aquellas que sí lo están. Por otro lado, mis trabajadores son bastante buenas personas, lo toman por el lado amable y sobrellevan la situación perfectamente, tanto que lo reconoce la señora que otros ya le habría dicho de cosas -como imagino le ha pasado antes porque mis trabajadores me contaron de todo lo que les ha dicho sin mi presencia- y ganas de no regresar.
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