domingo, abril 21, 2013

Ya casi



Ni se imaginan lo pesados que he sentido los días, especialmente desde que regresé de los viajes. Porque creo que con el brete de que me iría de viaje, que tenía que adelantar, que no podía irme sin acabar, que estamos cerrando la obra, que no estaría, siento que mi jefe me saturó de trabajo como nunca. Lo malo es que a mi regreso, ya me dejó así.
He tenido grandes pruebas de tolerancia y paciencia, con mi jefe y con los clientes. Como lo decía, han sido una pesadilla, mi consuelo es que pudieron ser peores, en realidad no es que sean malos, es decir, no son déspotas, ni despectivos, ni amargados, ni inhumanos, sólo que son muy detallistas, piensan que les puedes robar en cualquier oportunidad, son obsesivos y están acostumbrados a que sea haga su santa voluntad creyendo que  el tiempo de los demás es de ellos. 
La esposa no trabaja así que ella es la que más tiempo ha pasado en la obra, según ellos el esposo trabaja fuera de la ciudad, para muchas cosas me dice " es que mi esposo está fuera" y cuando menos te lo esperas, o sea un par de horas después ya está ahí a un lado de tí, señalando detalles "esa pieza está de otro color, ahí no le cortaron, acá no prende un foco, esa pared se ve de diferente color..." como esos siempre me tienen una lista todos los días de diez cosas mínimo a rectificar. 
Por un lado tengo una teoría, como no han dejando trabajar a nadie en paz, creo que todo sale peor, yo soy de esas personas que si tienen encima al jefe, pues pone de nervios, no se concentra una y eso hace que no salga como quisieras. No es justificación claro, lo único que digo es que es la primera obra en la que los dueños se la han pasado absolutamente todo el tiempo, todos los días, a todas horas, detrás de cada trabajador señalando cosas. Según ellos iban para ver que trabajaran, para ver el avance, pero en realidad iban para ver que no les robaran, es decir que sí se presentará la gente, aunque ellos no pagaron nunca por día sino por trabajo! E iban también a ver que aunque estuvieran ahí, realmente estuvieran trabajando, es decir no fueran a perder el tiempo, no entiendo esa situación, porque se supone que ella contrato a  mi jefe porque lo conoce de hace mil años, siempre se jacta de ello, entonces porque habría de desconfiar que le robaría?  o que los trabajadores no harían su trabajo, a sabiendas de que mi jefe es muy estricto y no permitiría eso nunca. 
Ah sí eso también, la señora es de esas personas repetitiva en extremo, me repite la misma historia mínimo cinco veces en un minuto y al día ni se diga! Por eso no soporto llamarle desde mi teléfono móvil porque se que para decirme que no ha llegado el plomero le tomará 5 minutos, de aquí a que me repite diez veces la misma la historia y es tiempo que corre en mi tiempo aire que no me paga el jefe (debería). 
El señor es de esos que dice que algo no le gusta pero por debajo del agua, es decir como bromeando pero por dentro está que arde. En realidad sólo una vez ha sido grosero conmigo, fue muy al principio cuando el quería tener los números de teléfono de todos los trabajadores (desconfiado a más no poder) y que yo tomará una decisión de la cual mi jefe me colgaría si lo hacía, era algo que a mi no me correspondía pero fue una de las veces que que mi jefe andaba en el extranjero y era toda una triangulación poder obtener respuesta inmediata de él. A mi después de todo me daba risa saber que el cliente se toma muy su papel de jefe en su empresa, en dónde puede mangonear a sus empleados, a sus subordinados, pero aunque el contrato nuestros "servicios" no es para que creyera que eramos lo mismo que ellos. 
Finalmente después de todos los problemas y demás la obra está llegando a su fin. En teoría se hizo la entrega ahora el jueves pasado, sin embargo faltan algunas cosas: pintar el muro que está con yeso fresco aún, pintar el muro del bar que pidieron volver a pintar y poner todas las puertas de los closets de madera. 



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