jueves, mayo 24, 2012

Sin ritmo



En cosas más alegres, ayer fuí por primera vez a una clase de Zumba. Puedo decir que me reconfortó ver que yo no era la única gordísima del grupo, pero eramos las menos. Afortunadamente tampoco fui la única incordinada y sin ritmo, pero de medio lo que pude notar, la que me hacia segunda en eso era una señora como de 45 años! Al principo me sentí como frustrada porque de plano no me salía nada, me molestó también que casualmente cuando comenzaba la clase de puras mujeres, los hombres del gym les dió por hacer bicicleta, que tienen toda la vista hacia el área donde se da la zuma, me parecen de lo más asqueroso! Igual del viejito que hacia caminadora pero se le caía la baba por estar viendo la clase. Fue lo que menos me gustó de ese momento. 
Pero bueno al rato se fueron los de las bicis porque obvio no ibana aguantar 60 minutos, si con trabajos aguantaran 20 minutos, entonces fue mejor. 
La clase se llenó y yo hice el intento de bailar cosas que en mi vida había hecho, porque la maestra pusó música de todo tipo, yo ni los nombres me sabía, jamás había escuchado alguna de esas canciones y no es música que yo consuma, pero supongo son clásicas de los bailongos a los cuales por supuesto no voy. Igual puso, salsa, duranguense, lambada, y hasta samba. Tenía mucha ganas de reirme porque no podía visualizarme a mi, sin el gen del ritmo, haciendo esos pasos, pero no podía ni reirme porque perdía los pasos, o el intento de pasos. De alguna manera lo sentí como una tortura, que me hicieron pensar en no volver, pero después pensé en darle más tiempo, al fin y al cabo yo no quiero ser una experta ni convertirme en una profesional del baile, simplemente lo estoy haciendo para el balance cuerpo-mente sin importar si me salen o no los pasos, si bailo o no, si tengo ritmo o no. No es un concruso. Eso me dije a mi misma para poder aguantar los siguientes 40 minutos de la clase. 

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