lunes, marzo 19, 2012

Ciertos días



El lunes fue un día espectacular, por el simple hecho de que no fui a trabajar, salí a caminar, el clima estaba perfecto, el sol brillaba, el viento soplaba y yo me podía percatar de ello.
Pude comer con mi familia, eso es oro porque los otros días de la semana no puedo hacerlo. No cabe duda que la primavera ya estaba más que puesta para llegar.
Quería detener el tiempo de tan lindo que estaba todo ese día.
Si claro pensé de todos los días hermosos que me pierdo cuando estoy en la oficina, en mis asuntos, así que disfruté con más ahínco ese marivilloso día, con la ciudad vacía también. 
Con todo y todo tocoó que tengo ciertos días al mes que me entra un hambre tremenda, gracias seguramente a mis "amigas" las hormonas jajaja. Pues todo había comenzado bien porque desayuné bastante decente, un plato de cereal,  luego vino la comida con una milanesa y chilaquiles, no debí pero también comí sopa de fideos. De ahí en delante empezó el horror con unas galletas habaneras. Más tarde un durazno en almibar, en la tarde mientras trabajaba en la compu me hice una mini bolsa de palomitas de maíz, en la merienda me hice un sandwich y dos galletas  polvorín con leche.  
Lo único bueno es que por fortuna en la mañana le dí dos vueltas a todo el circuito de mi casa, luego me puse a lavar el auto de mi hermana, es bastante grande y quedé adolorida de los brazos, lo aspiré y todo, sudé la gota gorda y bueno espero que las calorías tengan piedad de mi. Bueno es uno o dos días al mes, afortunadamente cuando este suceso tiene causa.
Para peor de mis males, me tomé un capuchino, con esas galletas y se me fue le sueño además de la comilona claro, por un lado lo aproveche hasta el último minuto trabajando en mis asuntos, hasta más allá de la media noche, mucha más allá. Pero al otro día la levantada estaría garrafal.

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