lunes, septiembre 12, 2011

Energía en expansión



Resulta que está mañana, en cuanto llegué a la oficina, S estaba hablando al teléfono con alguien, y le decía " no puede ser" y se ponía a llorar, en realidad se puso muy mal. Nuestro compañero T que se encargaba de la cancelería de todas las obras, se había ido al cielo. Nadie lo podíamos creer porque era un hombre joven, de unos 38 años, que de saberse, no padecía alguna enfermedad maligna pero pues quién sabe, creo que actualmente pocas personas revisan su salud periódicamente. 
El caso es que todo el día tuve en la mente de las últimas veces que conviví con él, como cuando fuimos a tomar medidas del departamento de lujo allá por santa fe, cuando tanto de ida como de regreso me estuvo contando la historia de su vida mientras iba haciendo memoria de cuantas veces más estuve trabajando directamente con él, cuantas veces me dio aventón hasta la oficina, Siempre me decía " arquitecta qué pasooo?" y me hacía reír muchísimo. En general era una persona agradable y buena. 
La causa de su muerte con exactitud no se sabe. Nos contaba J, su concuña (amiga nuestra) que el sábado habían estado trabajando por la mañana, por la tarde se reunió con su hermano (compañero nuestro también) y estuvieron en el coto. Luego por la noche salió a cenar con su hijo (de 12 años que muchas veces lo acompañaba a las obras); regresaron y se fueron a dormir. Por la mañana ya no reaccionó. Bueno en esos casos dicen todos " al menos no sufrió". 
Mi jefe nos dió permiso de ir al velorio. Nos fuimos las tres muy acongojadas, por ahí del medio día, compramos unas flores y unas veladoras. Este fue un velorio diferente a los que yo había ido en los últimos lustros de mi vida. Todo se llevaría a cabo en la casa de él, que es una casa bastante grande porque ahí mismo vive la mamá y otro hermano. Cuando llegamos había muchísima gente tanto en la calle, como en el patio y dentro de la casa. En el patio había colocado mesas, por lo que vi estaban sirviendo comida a los presentes. Nosotras primero nos fuimos al fondo de la casa, dónde estaba la caja, dejamos nuestras flores y nuestras veladoras. Abajo de la caja, por tradiciones que desconozco habían hecho una cruz de un polvo blanco, debajo otro polvo como negro, también había la mitad de una calabaza. S y Mar hablaron unos minutos con nuestro otro compañero (hermano del difunto), la verdad yo ni quería escuchar,  porque me daban ganas de llorar, no quería hacer a L  volver a repetir lo mismo, pero pensándolo bien creo que sirve para liberarse. Luego de unos minutos comenzaron unas señoras a rezar un rosario, las acompañamos. Al terminar la esposa de T nos invitó a comer  nos dijo " véngase a comer un taco". Taco? era una comida completa : arroz rojo, frijoles de la olla y una pieza de pollo en salsa verde con tortillas claro. Le pregunte a J quién había hecho la comida porque eran ollas y ollas las que había ahí en el patio, en el centro del patio estaban dos anafres con comales para calentar tortillas y servían de calefacción también, porque han hecho unos fríos que bueno, J me dijo que ellos, que entre todos se ayudan y lo hacen. Por lo que vi desde que empezó la velada tenían comida para todos y todos los tiempos, no sólo para la comida. Pensé que osadía porque con todo y la pena tenían ánimo para cocinar para tanta gente, yo sorprendidísima, encima les quedo bueno. A los que yo he ido, han sido en salas especiales para este fin, no en casas, tampoco ha habido comida para nada, más que la que venden en las cafeterías raquíticas de esos lugares. 
También ví algo que sólo había visto en películas, un grupo de señores, que estaban tomando alcohol, medio escondidos y no, digamos que intentaban hacerlo discretamente pero pues en realidad no lo eran! algunos ya andaban medio pasados, no me gusto nada, espero quién esté a cargo del servicio no lo permita en el mío, por mucha tradición que sea. Mar que ha ido a más de este tipo me dijo que así ha visto varios también. 
Después llego la hora de irnos en procesión caminando hacia la iglesia de la colonia, que quedaba a unas cuadras de la casa. Hubo una misa de cuerpo presente. Terminó, salimos de la iglesia, L y familia dieron las gracias, se despidieron. Ellos se irían al asunto de la cremación. 
De regreso el arq. O (el que trabajaba con nosotros) nos dio aventón hasta la casa dónde habíamos dejado el auto. Regresamos a la oficina. Hubo un momento en el que no pude contener las lágrimas: cuando ví a su hijita de 3 años mirando a todos con una carita de interrogación sobre lo que acontecía. El Señor T sabe cuanto lo apreciaba y lo que se le extrañará, sobretodo cuando me hacía reír con sus ocurrencias " pero arquitecta ...." 


2 comentarios:

alinitaxula dijo...

Que crónica más agridulce... que DEP tu amigo.
Aquí se quedará su familia y amigos añorando cada día más su presencia...
Besiño

Millenia dijo...

Si tu creees?
pues estás cosas pasan y nos tomó de sorpresa en verdad!
Así es la vida uhmm! por eso a disfrutarla que mañana no sabes si estaremos aquí!