sábado, septiembre 10, 2011

Un sábado de septiembre



Me es difícil creer lo rápido que se pasa el tiempo, es como si volteará para un lado y cuando regreso con la mirada al mismo lugar resulta que se han pasado ya 5 minutos y así pueden seguir aumentando los números. Este día me levanté relativamente temprano, aunque le reduje una hora al despertador, total era sábado, había hecho mi cita el viernes para el dentista.
Me desperté y logré ponerme en pie, para hacer ejercicio, luego me arreglé y me fui corriendo al dentista, literal, porque está enfrente de mi casa, al menos gozo de esa ventaja. Me hizo la tan ansiosa limpieza y me hizo coco wash para poderme arreglar una miníma caries que traigo desde hace mucho tiempo pero como me da tanto miedo ahí la he dejado. La hice para el lunes que viene, pero no sé si lo soportaré, que tal si se me complica y luego eso me trae consecuencias para ahora que me vaya a Guanajuato este fin de semana. Tal vez la cambié lo sigo meditando. 
Total que regrese a mi casa, me puse a buscar el sobre para la mamá de M que tenía que mandar desde hace milenios pero que por n razones no lo había hecho, ya era hora. Pensé en mandarle a mi prima el suyo también pero no encontré la tarjeta que había preparado para ella, una razón más para que sintiera que se me encrespará  el humor, porque es una locura está casa entre la señora que nos ayuda con la limpieza y mi mamá es un juego de nunca acabar porque todo, absolutamente todo, me lo cambian de lugar, les pregunto y nadie sabe nada. 
Total que para no hacer más corajes, me fui por lo de la mamá de M, eso es lo que más retraso tiene, aunque tengo por ahí una lista también de otros tantos. 
Pensaba poder ir a visitar a mi amable vecino a la expo donde pondría un stand de su negocio privado, pero el tiempo lo tenía encima, me vino uno de esos cólicos casi mortales y pues lo pensé una y mil veces. Me pesanba alaciar el cabello y tampoco encontré ninguna de las dos planchas para el cabello, le llamé a mi heramana y no tenía idea, mi mamá tampoco y no le pensaba llamar a la señora porque seguro me diría lo mismo. Otra razón más que tuve que respirar y contar hasta mil. Mejor me puse a desayunar. 
Está situación de los objetos que cambian de lugar, es desgastante, lo indispensable lo tengo en mi recámara, pero no puedo tener todo ahí porque si de por si diría mi madre, parece museo, he estado trabajando en liberar espacios para un sueño tranquilo así que no pienso estar guardando más cosas ahí. Lo que son las tijeras y las planchas del cabello son objetos que aman, adoran, anhelan cambiar de lugar. La otra vez las encontré en una una caja refundida dentro de una bolsa en un rincón de la recamara de mi hermana debajo de no se que tanto más, cuando iba a dar con ellas. Supongo que estarán en un lugar similar ahora que no las encontré  Yo me había dejado el cabello listo para las planchas, o sea traía la melena de león, como me iría así a la expo de mi amable vecino. 
En fin si seguía buscando las planchas, me iban a cerrar la oficina de correos, así que esa era la gran misión del fin de semana, me salí y me fui directo a ésta. No saben el alivio que siento al saber que no está ya la señora que creo que siempre me estafó en mis envíos, con su báscula arcaica y sus cálculos inflados porque siempre era muchísimo lo que yo pagaba, sumándole a ello, su mal humor y su cara de amargada. Ahora está un hombre muy buena onda, que siempre está de buen humor, casi que me cuenta las historias de sus usuarios, nunca tienen cambio pero me da chance de pasarle después lo que me falto de la cuota. Por cierto que M me dijo que había enviado algo por mi cumpleaños y es la hora que no llega, he vuelto a preguntar y nada, lo malo fue que no lo envió registrado así que no hay manera de rastrear nada. Era por lo que me dijo M un sobre, lo cual es peor que ni un sobre pueda ser capaz de llegar salvo en este sistema. En fin. 
Estando ahí en la oficina de correos, también llego así corriendo un chavo, como contemporáneo a mí empezó a platicar con el encargado del correo, como es buena onda como he contado, pues al parecer se conocen bien, total que mientras yo estaba escribiendo una carta de último momento antes de cerrar el sobre,  el chavo empezó a contar que su mamá padecía de cáncer terminal y que ya lo habían desahuciado los médicos. Pero que encontraron a un hombre que da unas terapias especiales en uno de los hospitales, sin cobrar un peso, hombre que en su momento padeció de la misma enfermedad y logro curarse a través de éstas, que consisten según lo que contaba el muchacho, en visualización. Cuando dijo eso yo dejé de escribir, y le pregunté " pero como visualizas de adentro para fuera o de completamente te ves a tí mismo como si fueras una persona frente de tus ojos pero te imaginas a ti" (esa es una de mis dudas de siempre cuando estoy en las meditaciones). De ahí empezamos a hablar, no mucho porque todos teníamos que irnos, principalmente el del correo porque ya estaba cerrando la oficina.  Total que me dio sus datos, para que me pasara a su vez los datos de esta persona, porque me interesa demasiado el tema. En la plática hasta Deepak Chopra salió a relucir, el encargado sólo nos miraba. 
Salí del correo y me fuí directo al super, porque el dentista me dijo que me comprara un cepillo nuevo, tal pasta, tal enjuague, de paso compraría la fibra para lavare los trastes que urge en mi casa, no puedo ver la que tenemos ya, así como las plaquitas para ahuyentar los moscos, que mi mamá en toda su vida jamás a comprado, pero las utiliza más que nadie, o sea , se acaba las mías. Resulta que la pasta que tanto me gusta es precisamente la que me recomendó. A mi me encanta comprar cepillos de dientes, así que no me costó nada ir, como mi mamá me decía que me la pasaba comprando cepillos de dientes, disminuí su compra pero ahora que lo pienso la última vez que me compré uno fue cuando estaba en casa de B, o sea desde marzo que no compro. Entonces ya traía mis compras, eran pocas así que las traía todas en la mano, antes de llegar a la caja escucho que vocean un boleto de estacionamiento perdido, vuelvo al mundo entonces y pienso " y el mió donde está!? " llego a la caja, pago, busco como loca mi boleto y nada, me voy al auto busco y nada, regreso al super  voy a servicio a clientes a decir que si pueden vocear otro boleto porque el mío no aparecía,  mientras yo recorría todo el caminito que había hecho, no enocntré nada, pero tampoco escuche que vocearan mi boleto, regreso con la señorita y le dije que ya lo había ido a buscar y no le encontré que por qué no lo había voceado y me dice " porque me trajeron uno pero pues la señora también está buscando el suyo" total que voy con la señora. Le pregunte a la señorita a que hora estaba registrado y dice a la una, entonces le digo a la señora debe ser mío porque yo vengo del correo y la oficina la cierran a la una. Dice la señora es que yo también vivo cerca y pues me salí de mi casa como al cuarto para la una. Quería morirme por siempre ir en la luna y nunca fijarme dónde lo pongo, simplemente me olvido del méndigo boleto, es más odio que den boletos y cobren en en los estacionamientos de todos lados, algo que amo de gringolandia al menos dónde yo he ido, que no existe semejante cosa en los estacionamientos. Total que dije esto me pasa por andar en la luna, ya era hora, me había salvado de tantas, así que dice la señora pues vamos a dividirnos la mitad de lo que cobran por boleto perdido y yo me llevó el boleto. Como la señora tenía la edad de mi mamá y no soy yo una bruja (quisiera!!! ) pues le dije ok total ya no tenía urgencia, había desistido de ir a la expo, de alaciarme el cabello, y estaba de muy muy mal humor ya, entre las hormonas y todo lo demás, tenía ganas así de gritar y ahorcar a todos. 
Total que le digo a la señorita que se necesitaba, me dijo pues nada más lleva copia de su identificación (odio darle copias a la gente de eso) y de su tarjeta de circulación (no tenía ni idea que era pero pues ahí en el carro estaría, nunca la había visto)  agrega " pero no tengo copias yo tiene que ir a la papelería cruzando la calle" argggg hasta eso la señora me dijo " pues yo te llevo" le dije " no, gracias, puedo ir caminando" arggg esto es algo que no entiendo de mí porque no acepte la ayuda!!! Me dije dentro " pues camino y así estiro las piernas" esa fue mi respuesta mental. Me voy al auto por el papel del auto, me voy a la pape, el señor que la atendía estaba envolviendo un regalo, se tardo años. Me saca las copias, me voy al auto, y en la caseta de cobro entrego la copia, lleno el formato que me tuvo que dar la de la caseta porque en servicios al cliente no me dijeron que lo tenía que hacer, pago y me  vengo a  la casa. 
Llego con un hambre barbara. Comemos y el cólico hacía de las suyas, soñaba con en poder recostarme sobre un reposet como el del hermano de M, una vez me dió una migraña terrible y le dije " me prestará tu hermano recostarme ahí?" - claro!  y fue delicioso. Aquí en mi casa no tengo uno, pero el sillón de mi casa, fungio como tal. Mi hermana sentada a  un lado me pedía su presupuesto y no se que tanto, me puse a buscar y hacer sus cosas. Vimos un rato la tele. No tenía planeado moverme de ahí, que horror. Todo el tiempo pensaba que subiría para hacer más ejercicio pero nada. Mi hermana rento una película, hizo palomitas, me comí unas cuantas. Después vimos un rato la tele. Y se acabo el día buuu. 

0 comentarios: