El jueves lo tomé con mucha tranquilidad. Mi hermana y yo nos fuimos a desayunar al tianguis que se pone a la vuelta de mi casa, hacía tanto que no iba que desde la noche anterior ya nos estábamos saboreando lo que comeríamos. Fuimos por ahi de las 10 am y ya estaban llenos los puestos de comida. Este tianguis desde que yo era pequeña se pone, me encantaba ir a comprar cajias de unos dulces llamados Nerds, no me gustaban tanto los dulces en sí, porque nunca he sido dulcera, me gustaban por los colores de las cajitas, me parecía fantásticos, yo las guardaba como tesoros, muchas veces por el sol terminaban derritiéndose los dulces y tiraba la caja. No faltaba que la gomita, los bolitas para el cabello, el sello, la libreta, o algun chéchere que llamara mi atención por su brillo y color. Más adelante cuando ya iba en la secundaria y en la prepa, cuando estábamos en época de exámenes, que salíamos temprano, nos íbamos a comer nuestras garnachas, a veces. Nuestra primera parada fueron los tlacoyos verdes, rellenos de frijo, después de años hice una excepción, siempre pido dos, ahora uno fue de requesón, eso sí, siempre con nopales encima. Esa señora es de las más "nuevas" antes de que ella llegara me iba a los huaraches, pero despúes mi paladar garnachezco se inclinó más por ellos y por una quesadilla de carne de la señora del puesto de las quesadillas normales, es tan poco amigable, siempre con cara, como si nos los regalara, pero su guisado de carne deshebrada le queda buenísimo y ahí sigo comprandole con el pasar de los años, una prueba más de que me gusta la mala vida, jaaaaaaaaaa. Como esta vez la dieta la hice a un lado (esta vez no más? jajaja) pedí una quesadilla extra de papa. Para que resbalara todo no resistí compararme un jugo de naranja natural al que le agregaria mis vitaminas para protegerme de las gripas, pero esas estaban en la casa y el vaso llegó vacío. Mientras me preparaban mi pedido de tlacoyos, fuimos por el de las quesadillas, en el inter me pase por el jugo al puesto de frutas, estaban preparando unas fresas con crema que se me antojaron un buen, pero ya era más que atracón con lo que había pedido de garnacha. Años que no iba y comía ahí.
Como era día libre, pues había más gente que la usual, todos habíamos despertado con hambre, la mayoría de los hombres ahí traían así el almohadazo marcado en la cabeza ja que risa, la mayoría de los presentes cono la actitud de tirar a matar por un banco o lugar en las mesas improvisadas que ponen, no soporto esa ley de la selva de esta gran ciudad, ni me hermana, así que todo fue para llevar, nos queda a unos pasos de la casa, así estiramos las piernas y comimos sentadas dignamente en nuestra casita.
Para la hora de la comida no tenía nada de hambre, nada, así que nos dió tiempo de cocinar con tranquilidad para ir comiendo por ahi de las 5 pm y eso algo ligero , o sea, pescado, nos encanta. Todavía nos falta aprender mucho en la cocina y por andar cortando las lechugas, se me paso voltear unos filetes y se me andaban pegando. Pero comimos rico, para ese entonces llegaba mi primita, desde cuando le había dicho que la llevaríamos a ver Río entonces por ahí de la tarde noche, nos fuimos al cine a verla. Con todo y que las aves no me gustan, es diferente ver una animación con personajes bastante simpáticos. Casi que me veía como el Blue asustadizo en la selva. A mi que me pongan si quieren una pitón o una tarántula encima pero un tucán? no, no es posible.
Pasando tiempo con ella, como me llena de ternura mi primita, es algo casi que involuntario a mi, claro que hay momentos que me saca canas verdes, no lo he de negar. Con eso concluimos el día.
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