Bienvenido lunes

Este día va muy bien. Pequeños detalles han hecho que sea así. Confieso que no me dió tiempo de hacer ejercicio, porque olvidé programar el despertador y cuando abrí los ojos no era domingo, sino lunes día de ir a trabajar así que me levante volando porque si no tenía éxito en el proceso de alta en el sitio de recaudación de impuestos, tendría que ir directamente a las oficinas. Después de varios intentos fallidos la semana pasada, en la compu de mi trabajo, en la de la contadora, luego en la casa el sábado lo intente con la mía y nada, mi última opción sería la de mi hermana, que al parecer si tenía la actualización Java  y voulá! lo hice! 

Estaba que brincaba casi de la alegría, no sólo me iba a ahorrar el viaje hasta las oficinas, sino que a resguardar mi información porque no tendré que proporcionarcelas a unos impresores, también la imprenta porque ahora yo directamente tengo la facultad de imprimir las facturas; además claro de la gasolina, estacionamiento. Bienvenida a la tecnología me dijo super G cuando le dije que por fin ya lo había logrado.

Una vez hecho eso, salí volando hacia la tienda de papelería por los artículos que me habían encargado, entre los cuales incluí un lapicero, un borrador, una engrapadora para mou, así que me siento como cuando niña y estrenaba mis nuevos útiles escolares, claro no es mi primer día de trabajo pero si el primer día de la semana al menos :P ya con eso tuve para que se me cargara el día de buenas energías. 

En la gasolineria no encontré gente, si tuve cambio para darle al despachador, me encanta que me envíen la factura electrónica vía email automaticamente. Y llegué a empezar una nueva semana en la oficina, a reconectarme donde me había quedado y a seguir. 

Me entro un hambre bárbara por ahí de la una de la tarde, aunque ya me tomado una gelatina para apasiguarla, tuve que, muy a mi pesar, comerme dos galletitas de la caja del arqui :P 

Ah sí, recuerdo que tuve una pesadilla, que es muy común, en mí, soñaba que estabamos en una playa, esta vez era en Cancún, pero de buenas a primeras venía un tsunami, con olas gingantescas que empezaban a inhundar todo el hotel dónde estabamos. Lo intersante esta vez, es que también mi abuelito q.e.p.d. estaba con nosotras. Poco tiempo me desperté.