jueves, enero 13, 2011

Lo que quedó de Troya

El martes regrese a la oficina a trabajar, me encontré con una atmósfera de tensión que se cortaba con cuchillo, ví una cara larga y supe sobre quién habían caído los jitomatazos de áquel lunes. Yo no estaba ahí ese día, así que no puedo decir más, ni sé a ciencia cierta lo que sucedió con detalle, ni quiero ya saberlo, los incidentes negativos son de los menos que quiero enterarme, no para negarme, pero me son suficientes los que ya sé para darles la vuelta.
Mi jefe me recibió de muy buen humor (¿?) hasta me dijo " si o se siente aún bien, tómese el día" , en realidad me sentía mucho mejor y con ánimos, sólo que seguía sin voz. De cualquier manera mi sentido de la responsabilidad me llamaba. Logramos avanzar en los proyectos, que es la idea.
Con todo y todo me da gusto regresar, todavía me parece demasiado aburrido quedarme en casa todo el día.

2 comentarios:

todavia dijo...

Que bueno que seas responsable y que no te guste quedar mal en el trabajo, pero cuand puedas consientete, que ningun daño hace.

Millenia dijo...

Gracias por la flor!
aunque otros piensan lo contrario ...
ja!