El domingo por la tarde, fuimos a la presentación de baile árabe, en un auditorio no muy lejos de mi casa, que organizó un de las hijas de un integrante del club de mamá, con sus alumnas. Lo disfrute mucho porque ese tipo me gusta, además de que es algo que no se suele escuchar por estos rumbos, obviamente.
En algún momento me gustaría meterme a unas clases de bellly dance, como ya he expresado antes, no sólo por la música o el ejercicio en sí (que nunca está de más) sino porque de alguna manera creo que este tipo de movientos podrían ayudar a alinear la energía del cuerpo para crear un balance. No sé que tan acertada sea mi idea pero si estoy segura que el cuerpo va más alla de las actividades físiologicas para el que nos sirve, más alla de percibir el medio ambiente a través de sus setidos.
Reconozco también la azaña que realizaron, porque eso de pararse a bailer frente a tantas persona, me remontaba a las horribles clases de teatro de la prepa en la que voluntariamente a fuerzas tenía que presentarme, o los tan famosos bailables de la primaria que nunca me gustaron, no es lo mío. Pero aún cuando yo no tengo el gen del baile o ritmo, simplemente no lo tengo, por eso representa para mi un esfuerzo más. Tampoco podría de ninguna manera presentarme en la vestimenta que utiliza el belly dance, uno porque no tengo el cuerpo y dos porque soy aún demasiado pudorosa para esa vestimenta, ya veremos después. El evento estuvo precioso y me quede con unas ganas enormes de un día integrarme. Y lo mejor es que me la pase bien.
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