lunes, noviembre 22, 2010

Empezando la semana


Ayer fuimos a dejar a mi primita a casa de otra de mis tías, después de méndigo susto que me dió cuando se cayó de la bici, para esas horas ya andaba como si nada ella, subiéndose a su propia bici "con rueditas" auxiliares, a su patín del diablo y deambulando por todo el patio; fue cuando me enteré que ella aún no sabe andar en bici en realidad, ahora caigo.
Esa casa a la que fui, existe desde que se casó mi bisabuela o antes, es antíquisima pero como uno de mis tantos primos que solía vivir ahí es arquitecto, le ha hecho renovaciones interesantes, ya no es lo que fue, pero los recuerdos ahí siguen. Estaba de visita otra de mis tías, originalmente ella vive en Veracruz, pero de vez en cuando viene para visitar a sus hermanos, lo que me llama mucho la atención de ella es que junto con su esposo tienen un bonito matrimonio desde hace varios lustros, además de dos lindos hijos que son adorables, contemporáneos míos. Es demasiado agradable conversar con su esposo, aunque lo veo en contadas ocasiones, por su trabajo, tampoco vino esta vez, ni modo.
Todos nos sentamos juntos a cenar a la mesa, mientras mi mamá y sus primas platicaban de sus anécdotas de la infancia, me hacía preguntarme si así me iré a juntar con mis primas contemporáneas, veo que no hemos sido tan cercanas como en su época lo fueron ellas, es cuando apreció más esos pequeños encuentros como el de anoche, porque ellas tiene algo que no se ha dado ahora. Me invitaron un capuchino al que no me resistí, no me podía poner remilgosa pidiendo uno descafeinado, pero con ese tantito se me espanto el sueño hasta la 1 am, que me costó un trabajo levantarme esta mañana.
En el trabajo mi jefe nos dio buenas noticias, avecino las modificaciones y en los extras haré una tarjeta del día de gracias :S porque me vio cara de gringa, disque, casi me muero de risa, por dentro. A la hora de la comida el arqui fue gustozo a comer con nosotras, lo interesante de comer con él es que come super saludable, aunque si le ponen un pastelito enfrente, igual que yo, el mismo que se come, pero generalmente imposible que el se comiera por su propia voluntad una garnacha, como las que nos comimos el domingo en el mercado, porque ya hacía hambre y estábamos en la zona roja de la garnacha, sucumbimos, si pero ahora estoy más convencida por lo más saludable debido a la misión bikini y la boda de mi primo.
Si pues que se casa uno de mis tantos primos, cuando las pocas imágenes que me llegan a la mente sobre él es de un peque de 7 años corriendo por la casa. Ahora tendra unos 22 o 24 y de todas maneras creo que esta muy pequeño para el matrimonio, desde mi ver. Le agradezco que haya tenido la atención de considerarame entra las invitadas de su boda, a pesar de que las que son uña y mugre son su mamá y la mía, pero a mi cae requetebien su mamá, porque se me figura mucho a mi madre, alegre, tranquila, trabajadora, solidaria, y demás. Precisamente ella es quién me trae esas galletas de café que parecen traídas del meritito cielo, pero son de Córdoba, Ver. El sábado la vi y le encargué unas por cierto, porque ayer partió para esos rumbos. Las fiestas no son mi máximo, las bodas menos, (atrapar el ramo me emocionaba cuando tenía 15 años, ahora no más; danzar a la víbora de la mar por todas las meses con diversos fines, tampoco) pero si tienen el honor de invitarme y consdierarme con más razón asisto.
Faltan como dos meses pero es poco tiempo para escoger el ajuar. Tengo un vestido de hace años, que no me deshacía de él porque me gusta mucho, aunque ya no me entraba ni con calzador, pero ahora la historia es otra, así que antes de ponerme la pijama, me dí un clavado en el fondo de mi closet para buscarlo, por fin se presenta una ocasión para darle otra oportunidad, lo saqué, me lo puse y vouala! Me queda! me queda! por momentos como este es que pienso dos veces antes de claudicar de cuidar lo que uno come. Tengo otro negro precioso de hace un par de años atrás, pero ahora ese me queda pero grande, así que tendría que mandarlo arreglar y todo el rollo que hasta que no llegué a mi meta, mejor no le meto tijera a nada.
Entre mis locuras y manías, está la de que no me gusta llevar la ropa a la tintorería, porque no quiero que mi ropa se junte con la de otras, así de ideática soy (que será de mi a los 50 años )pero tampoco soy una cerrada y necia así que cuando no existe otra opción pues no me queda otra que llevar la ropa ahí, como haré ahora con mi vestido. Tiene tantos años que ya ni me acuerdo de la fecha exacta en que lo usé por primera vez, pero más de siete si tiene. Es casi un clásico así que no se verá pasado de moda, porque además de que ahora se ve de todo, este es liso, negro, linea recta, con un discreto broque plateado atado a un cintilla negra también. Y tampoco pienso comprarme nada por ahora. Hablando de fechas el sábado no me acordaba de cuantos años tenía yo misma, mejor!
De lo que sí me acuerdo es que al arqui le pasan cosas medias raras, pero para bien, algunas veces, como ésta. Desde el día que nos acompaño para comprar el pastel de cumple de S, andaba él buscando un líquido limpiador para regaderas, no lo encontró, entonces ahora que estábamos en el super, cuando terminamos de comer se fue a buscarlo, lo encontró, pero sólo una botella, cuando la paso por el verificador de precios no lo marcaba nada, el arqui decía que la última vez le costo 10 pesos, el encargado lo asistió pero el precio nunca apareció, la solución fue que le regalaron la botella del mentado líquido.

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