La semana pasada

Ya tengo telefono nuevo, me arreglaron la aspiradora, curaron a mi perro.

Resulta que la semana pasada mi celular empezó a fallar del teclado, primero una tecla, luego dos, luego tres, sucesivamente. Era un suplicio intentar escribir en él para mandar un mensaje, lo cual me angustiaba porque super g entendería que andaba ocupada pero la comunicación con el maistro es por esa vía mientras yo estoy fuera, alguna otra con mi jefe, el me puede llamar no importa, pero llegó también por momentos a pasmarse, era el momento de cambiarlo. El sábado me fuí con mi hermana a la tienda, no había en color negro, pero el color rojo terminó gustandome, aunque al principio no, pero no viviría otros 15 días desesperantes hasta que llegara al color negro o blanco, que definitivamente no me entusiasmaba el blanco, los electrodomésticos en ese color en mi cocina bastan (por eso mi aspiradora es amarilla).

Ahora me esperate un mes porque tengo unos servicios gratis, hasta entonces intentaré regresar a mi número de siempre, espero. De cualquier manera traere el vejestorio conmigo, especialmente por si me llega aquella llamada y despistados que se les olvide que estaré temporalmente disponible en el nuevo.

Por otro lado, ya tengo aspiradora, aunque el precio que pague por su compostura me parecio excesivo (pero más caro era comprarme una nueva, porque si que soy quisquillosa para eso de las aspiradoras, no puede ser cualquiera), me hacía mucha falta aquí en la casa y para los autos, especialmente ahora que he traído los costales de pega marmmol y me han empolvado todo. Y para los pelillos de mi perro.

Mi perro! también ya esta de regreso, bueno sólo se fue por unas horas, mi prima la veterinaria se lo llevó a la clinica para extirparle unas bolitas que traía, unas de cuidado, otra no tanto, achacadas a la edad por un lado, porque ya tiene 9 años, para mi sigue siendo como ayer cuando tocaron la puerta y era uno de los doctores de mi papá con un cachorrito color negro en las manos, glup! pensé, porque acababa de petatearse mi puddle blanco, mi papá lo quería mucho y pues andaba cabisbajo por eso, sus doctores que lo consentían idearon traerle un perro nuevo, sin saber que estabamos esperando a la hijita de mi puddle pero ya no la pudimos aceptar porque dos perros en esta casa no sería permitido, esa es otra historia. Total fui a recoger a mi perro, le vino muy bien venirse acostado en el asiento de atrás, todavía venía medio cedado porque no brincoteo por doquier, pero ya esta bien.