Estoy en la oficina empezando un proyecto nuevo. Eso por un lado me motiva por el otro me siento bajo una presión que va creciendo lentamente. Mi jefe me regalo un chocolate que me abrió el hambre y aún faltaba en teoría una hora para salir a comer, en la práctica fueron dos, no había llevado ninguna botana para entonces, así que fui a la cocinita por las últimas cucharadas de un arroz con leche (uno de mis postres favoritos) que preparo S el fin de semana y nos trajo para probar. Justo cuando estoy a super dieta, mi otra compañera nos trajo tamales verdes, que habían hecho en su casa por el cumple de su hermano.
Cuando por fin salimos a comer, nos acompaño el arqui, como esta en revisión de otro proyecto, ahora está yendo a la oficina, su desbordante amabilidad alegra la atmósfera, su tono de voz y las pausas que hace, también, su estilo no es para esperar una historia corta o sintetizada. Ahora que descubrí la nueva placita, ya se a dónde me voy a ir a platicar con él. En la mesa estabaos tres comensales, con tan diferentes pesonalidades como nuestras comidas: el arqui se comío una mini chapata de jamón (sugerida por mí) y una penecillo árabe ( es como un rollo primavera de forma, pero relleno de miel y nueces, no se me antoja nada); mi otra compañera optó por un triángulo de pay de jamón y yo mi ensalada.
A la salida del trabajo sucedio algo que me hizo reír todo el camino a casa. Sólo quedabamos tres en la oficina: S, el arqui y yo. S ya se quería ir, a mi me faltaba grabar un archivo así que le dije que yo cerraba, todavía le dije que si ella le daba ride al arqui y yo, me dijo que ella se lo daría. Se fueron. Al minuto me llama mi madre y me dice " cómo te vas a regresar?!" cierto! no traía auto y lo había olvidado por completo. No es que no haya tranporte cerca, pero para tomar el que viene de regreso es mas lío, no por la cuadra que tengo que caminar, sino cruzar la super avenida que parece pista de la fórmula uno por todos los júniors que suben y bajan por la zona en sus autos de carreras, además que el tranporte tarda mucho y es insuficiente para dar abasto a todos los trabajadores de la zona. Todo eso paso por mi mente y quería salir corriendo y alcanzar a S para que me diera aventón hasta la parada del bus, ahí lo encuentro vació y ella pasa por ahí camino a su casa. En la locura le dije a mi mamá que aún estaba en el teléfono, "esperame, no cuelgues" no sé ni para que le dije eso, si yo lo que quería era salir corriendo por S , tome el teléfono d emi oficina y le marcaba a su celular, pero nunca me contesto. Entonces escuche unos pasos de tacón de mujer, era ella, se había regresado a preguntarme como me iba a ir porque en el estacionamiento el arqui se dió cuenta de que no estaba mi auto. S se tuvo que regresar por las escaleras, porque el elevador no sé que tenía que no estaba respondiendo a los botones. Por un pelito y me quedo sin aventón.
Cerramos todo y S me llevó a la parada, pero la combí ya se estaba yendo, así que le metió velocidad para que no se me fuera, yo en la desesperación abrí la puerta cuando todavía no se había detenido el auto, de tan rápido que me baje se me calleron unas cosas de la bolsa, también me dí un golpe en la rodilla no sé con que aún me duele, mientras S le hacía señas al chofer de que no se fuera, mientras yo recogía lo que se me había caído. El señor fue amable, se detuvo y me espero. La escena me parecía de película. No sé el momento en que me colgó mi mamá pero cuando ya venía en camino le marqué de vuelta y me reclamo que la deje esperando por largo tiempo hasta que, antes de que se le acabara la batería mejor me colgó, no me dejaba de reír.
Había dejado colgada en el teléfono a mi mamá, en el auto con S y el arqui me venía muriendo de la risa porque se me olvido que no llevaba auto y yo ni enterada hasta que el arqui se dió cuenta, ya me imaginaba que el me hubiera esperado a darle el aventón y al darnos cuenta de que no traía auto, nos tuvieramos que cruzaron no sólo con nuestra alma la super avenida, sino con todo y las bolsas de su super. Después la escena bajandome del auto de S y luego me venía riendo yo sola todo el camino, me daba más risa aún. Bueno de algo me tengo que reír, aunque sea conmigo misma de mi misma.
Llegando a casa, le dije adiós a los zapatos altos, los cambié por mis pantuflas rosas.
2 comentarios:
Definitivamente la furia ya se te pasó, verdad? =)
Así es!
Y es maravilloso! :)
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