lunes, septiembre 20, 2010

Lunes brillante


Tengo que confesar que durante los cuatro días que tuve libres, estuve pensando en cosas de la oficina, especialmente en tres: la estufa, el mármol y el mueble escritorio. Siempre he pensando que cuando estoy en casa, tengo que desconectarme, no ponerme a hacer cosas de alla porque creo que es ya en sí tiempo suficinete el que paso allá, como traerme más trabajo a la casa, porque muchas veces siento como si me absorviera, me hiciera olvidarme de todo el tiempo que necesito para mi, tiempo para poder pederme en mis pensamientos, en hacer mis tareas de hogar como lavar, planchar, doblar, limpiar, organizar; tiempo en hacer las cosas que me gustan salirme en bici, a bobear en las tiendas, leer cualquier libro de la pila que tengo acumulada, escribir, subir mis fotos, acualizar en el blog, hablar con mis amistades, salir a comer. Sin embargo me he traido trabajo a la casa algunas veces, o cuando no lo hago no logro desconectarme por completo y estoy piense en todo lo que falta.

Me preocupe de más, como siempre. Esto lo estoy escribiendo para darme cuenta de que el 98% de las veces así sucede, porque de una u otra se resuelve, así me podré aminorar mis preocupaciones en esos momentos. Todo sigue su rumbo. El jueves no sólo yo me desconecte del mundo laboral, mi jefe también, no volví a saber de él hasta hoy en la mañana. Respecto al mármol fui a otras dos marmolerías con muestra en mano para verificar el tono. Me traje otras tantas para tomar la decisión más tarde en la oficina. Respecto a la estufa, simplemente se pondrá la que sea más del gusto del cliente, nueva o vieja, tan fácil como eso. Respecto al mueble escritorio, los ajustes se harán sobre la marcha, el presupuesto final ya está dado.

Por otro lado tengo otra cosa más porque estoy muy contenta. Pienso que la experiencia del sábado pasado de irme solita hasta Toluca fue el preámbulo para el futuro, me dió mucha confianza, pero algo que tarde o temprano tendría que hacer, salir de mi radio de acción. Esta ciudad es inmensa, las distancias no siempre son tan largas pero se hacen en tiempo debido a la gran cantidad de automóviles, así como el crecimiento desaforado de las conseciones inconsientes para el transporte público, invadiendo y adueñándose de muchas vialidades.

El caso es que para tener más calidad de vida, las personas buscamos movernos en un determinado radio de acción. Al menos así ha sido toda mi vida, el trabajo de mis padres estaba relativamente cerca de nuestra casa, mis escuelas de la misma forma, hasta podía ir y venir caminando de ellas. Los corredores comerciales que frecuentamos son los de la zona. De vez en cuando salimos a otros lugares que consideraría lejos a visitar amigos o familiares, conocer nuevos lugares pero no son los que visito asiduamente. Es por eso que mis trabajos siempre han estado por acá, en realidad no he tenido muchos, porque soy bastante estable en ellos y además no soy tan longeba aún como para tener tantas cartas bajo la manga. Es por eso creo que yo me causa cierta angustía el hecho de tener que andar buscando calles o explorando colonias en las que rara vez he andado por ahí. Pero bien este día tuve que hacerlo nuevamente a buscar las marmoleras. Cuando escuche el rumbo me pareció lejísimos, he andado varias veces por ahí, porque mi super prima vivía por ahí, una tía, y alguna vez visité una escuela de diseño de inteorires también.

Tenía la ventaja que iba en auto. Pedí la dirección exacta, algunas calles de referencia, me fui a los mapas de la ciudad y empece a buscar algún camino conocido que me llevará a ella. Le hablé a mi mamá, que tiene un sentido de ubicación envidiable, concoce muy bien esta ciudad, de broma le digo que debería ser taxista. Lo que pasa es que ella cuando recién empezaba a trabajar, o sea por ahí de sus 18 años, iba y venía por toda la ciudad, no tenía una plaza así que a dónde la mandaban a cubrir ella iba, así se conoció mucho. Me explicó, me ubico y me fuí en busca de. Increíblemente no me perdí, me pasé sí, una calle porque después de tanta inversión en esta ciudad, no existe ni un letrero que le diga a uno que esta sobre la avenidad "división del norte", me lo tuvo que decir un taxista, nada que no se pudiera solucionar. En un papelito fui anotando todas las avenidas principales que tenía que pasar, las calles que rodearan la cuadra a la que iba para tener alguna referencia mas específica y voualá! Llegué sin problema.

En el camino no encontré tráfico alguno, todo salió fantástico, hasta pensaba que la gente no había ido a trabajar este lunes porque la veía muy despejada. Eso sí le pasé la buena vibra a mi auto antes de arrancar, tanto que hasta me acordé de que la otra vez que abrí el cofre del mismo, vi que marcaba un nivel bajo de un líquido, que no tenía ni idea pero seguro en la gasolinera sí, así que antes de cualquier cosa, pase a que le pusieran lo que le hacía falta. Era una marmolería muy grande, había placas de todos tipos de este material, encontré hasta en color azul, me encantó. La otra estaba a dos locales, así que ni tuve que mover el auto, disimuladamente me pase al otro local. Pase mucho tiempo ahí porque me bajaron algunas piezas, para que las pudiera apreciar mejor, me dejo anonadada el trato que me daban, la rápidez! Salí contenta, aunque todavía no se podía tomar una determinación. A la salida pregunte como regresarme, pensaba que algo así como había entrado pero me dieron otra alternativa, eso fue bueno porque así conocí otra opción. Me nortié un poco cuando me encontré con uno de esos puentes horrosos, pero tomé el camino correcto y pronto salí a lo ya conocido por mi.

En la mañana cuando supe que andaría por allá, pensé que no podría cuidar lo que comiera, como quería porque tal vez tendría que comer por un lugar desconocido o de comida rápida, sin embargo, como regresaría a la oficia, de camino pasaba por mi casita. En los días libres lo cocinera me salió y me había quedado algo de todo eso, así que comí nutritivamente, como lo quería desde el comienzo del día. Me comí un gran plato de ensalda aderezada con un chorrito de vinagre balsámico, espolvoreada con el queso feta que tengo bastante aún, con una pechuga asada al momento. Una manzana.

Terminé y me fui volando a la oficina, me sentía tan extraña, después de tantas semanas ausente, estando en la obra, que me hizo apreciar más mi silla, mi escritorio, mi compu, el aire, la alfrombra, el elevador, mi lugar de estacionamiento, las voces de mis compañeras, las ventanas esmeriladas que nos dividen. Ahora tengo que regresear mañana y me sentí contenta de eso! Este lunes brillo. Tuve otra buena noticia. En la mañan por las prisas se me cayó mi blackberry, la esfera que sirve de mouse se averió un poco, casi que andaba pensando en remplazar el equipo, no contemplado en mis prioridades inmediatas, así que tenía una esperanza de que mi heramna la revisará cuando regresara del trabajo y me la arreglará, porque a ella se la cae la suya a cada rato, se ha vuelto experta en hacer pequeñas reparaciones, aprendiendo del youtube, jaaa! Revisó la mía y ya me la arregló.

2 comentarios:

todavia dijo...

Aca la ciudad es tan chica, que cuando les dices que vives a cinco kilometros todos dicen que vives super lejos XD... imaginate si conocieran la amnera en que vivimos en el D.F.? se mueren del susto.

A veces -casi siempre- es imposible olvidarse del trabajo en casa. Cuandomenos lo piensas ya estas pensando en el... Es como droga =P. habian de inventar unas pastilitas de amnesia focalizada para olvidarnos del trabajo por unas horas.

Que lindos pasatiempos tienes, la lista que diste me gusto mucho.

Oh!, por alla en el blog te dejamos un obsequio. Si te gusta te paso el tamaño original y te mando otros enfoques que estuvimso tomando. Nomas dime!

Millenia dijo...

Si, se mueren, no lo dudo.

Así, se hace lo posible para desconectarse.

Te parcen lindos hehe a mi normales, para muchos "aburridos" :P jajajaja

Muchas gracias por el obsequio :)