viernes, agosto 20, 2010

Viernes con café


No me iba a ir a la comida rápida el día de hoy, no señor, pasé por una ensalada, luego al banco, después a conseguir unos estropajos y me fui hacia la obra, cero tráfico, ya tengo un rango de tiempo en el que puedo encontrar despejado el periférico y evitar cruzar por la zona gris, en serio me deprime, lo he dicho mil veces pero es que en mi estado, tengo que evitar este tipo de situaciones al por mayor. En el inter me llamo mi clienta para invitarme a desayunar, que linda! yo con todo gusto acepte, estaba buenísimo, los tamales verdes son mis favoritos, además no picaban nada!!!! eso me encanta!, para ella y su familia también son sus favoritos por eso sólo compra verdes, el café a pesar de que yo lo consumo tan poco, me supo rico, afortunadamente le agregamos un chorrito de leche y con eso me salvo. También me dio una rebanada de pastel para llevar, cuando viene a la ciudad compra del mismo, así que me tocó de nuevo. Si no hubiera sido por eso me habría muerto de hambre porque no volví a sentarme hasta casi antes de salir, o sea las seis de la tarde; tuve unos minutos antes de que el maistro me avisara 5 minutos antes de irse que se le rompió la cortadora que le urgía le diera dinero para mañana mismo comprar otra, que queeeeeee? pensé yo, no sé de donde se imaginaba que iba yo a traer tanto dinero en efectivo o disponible. Tuve que comunicarme lo más rápido que pude a la oficina para me hicieran el depósito, luego irme al banco para sacarlo y dejárselo el dinero con uno de los achichincles, mismo que me acompaño, el mismo que siempre le toca irse tarde, aunque no quiera, el mismo que siempre se resonga de todo lo que se le pida, si ya sabe que me deja las jergas limpias antes de irse pero se lo tengo que repetir todos los días, le cuesta un trabajo, la otra vez me dijo que si se iba a ir a las doce de la noche, con la pena le dije que por enguajar unas jergas no le iba a tomar hasta la media noche :P Si bueno, todo me lo piden a la mera hora.

El otro día el yesero me pidió 1 kilo de yeso, "sólo uno?" pregunte, " si sólo uno" me respondió. Para más rapidez me fui en el auto, porque caminando me toma como unos 15 minutos de ida y otros de regreso, yo lo que quería era que me arreglara los despostillamientos del cubo de las escaleras antes de que me reclamara el conserje otra vez, porque supuestamente el día que bajaron los 100 costales de escombro rasparon la pared, aquí entre nos, no lo creo, porque como diría el yesero "pues que bajaron como burros", pues no, así que mi teoría es que el conserje aprovecho la ocasión para que le reparáramos eso de pasadita, ya que con las "propinas" que me pedía por dejarnos usar el elevador no se quedo contento, que ganaba él?, tal vez anotar en sus gastos un resane de boquillas" para cobrarlo sin contratar a nadie porque nosotros las tenemos que hacer, ya que como no hay un video ni prueba que avale que ellos no fueron, pues ni modo, tengo que asumir la responsabilidad, claro existe la probabilidad que en efecto fueron ellos al bajar los costales; sinceramente cayó de mi gracia este señor y el mismo de seguridad que fue y les gritoneo de leperadas a mis trabajadores cuando yo no estaba, ya estoy como mamá gallina, para que ya se salieran, como si fueran qué, el hecho de que tenga el oficio que tengan, no los hace ni más ni menos que él ni que yo, porque de todas maneras son educados y estoy segura que ellos no se han dirigido a él de esa manera. De hecho mi clienta me había dicho que ese mismo es el que dice que las domésticas con perro no suben tampoco por el elevador, ella misma defendió a la suya porque no hay diferencia entre que suba ella con su perro a que suba su ayudanta con el mismo perro. Por suerte se turnan, los días que no está a él está un señor más amable. En fin, casos y cosas de un edificio.

Cuando llegué con el kilo de yeso aquel día, lo vió y me dice el yesero " es muy poco, necesito otro kilo más" arggg. Esta vez fui caminando, lo tomé con calma. Solo un lugar vende esa clase de yeso, es la misma casa de pinturas, dónde el dueño es es el muchacho (judío) ultra amargado, en serio, de todas las veces que he ido jamás sonríe, jamás te mira a los ojos. Ese día por preguntar a cuanto estaba el galón de pintura, se me estaba olvidando la bolsa de yeso sobre el aparador, entonces sin voltearme a ver, me dice en voz alta "el yeso", como es mi costumbre yo me reí de lo sucedido, tomé la bolsa, le dije gracias y me fui. Así lo mismo cuando regrese hoy por tres kilos más, no los olvidé pero me pregunto por que será tan amargado él. El que me atendío fue el ayudanto, un señor que se contagia de la rigidez del rostro de su jefazo, pero que cuando entre y me sonreí (es que yo me sonrio mucho en serio) pues no le quedó otra más que sonreir también, con mucho trabajo pues parece que esos musculos ya se les están desarticulando de nunca hacerlo.

Regrese a a la obra, cuando me ve el maistro me dice que una escoba para hacer limpieza no va a ser suficiente, que necesitaba no se que tanto más. Fui por esos encargos, de paso me dí un vuelta para ver los mubles de baño que me decía la clienta que quería de esa tienda, cuando regrese finalmente apenas me senté a comer mi ensalada, cuando sube el maistro, se me planta enfernte del escritorio y me dice lo de la cortadora y pusimos a todo el mundo a correr para alcanzar el banco abierto, pero al final lo logramos. Ja! imagino lo difícil que fue para él y sus costumbres haberle pedido dinero a una mujer, vamos mejorando.

Mi jefe llegó anoche, ta ta ta taaaaaaaaan ! espero que sus vacaciones lo regresen de buen humor.

2 comentarios:

todavia dijo...

Que de vueltas a la tienda! hasta me maree leyendo y eso que yo no me movi de la silla =)

Hay gente muy amargada. Y eso de que quieran sacar sus frustraciones con los que crren que pueden hacer menos me repatea!

Millenia dijo...

Si yo también ya no quería ir a ningún lado, por eso con la pena he desempolvado mis botas sin tacón porque el primer día que me trajeron así y yo en tacones, termine sin pies.
Si vaya que lo están, ya ni una que anda como magdalena. Tampoco me gusta que hagan menos a los demás, total si todos somos iguales.