La gota gorda

Hablando de ejercicio, tengo una nueva escaladora elíptica, que pasamos todo una tarde-noche armando, bueno mejor dicho paso el novio de mi hermana armando, nosotras fuimos sólo las ayudantas, no le veía el fin porque eran muchos tornillos y aditamentos que colocar en algún lugar. Al final me dió mucha risa, porque descubrimos que necesitaba baterías o un adaptador de corriente, nos pasó como cuando los reyes magos o santa nos traían juguetes y se nos iba la emoción cuando veíamos que faltaban pilas, ante tal decepción éstos incluyeron en las siguientes veces un paquete de pilas. De hecho muchos juguetes las incluyen porque era un trauma salir un 25 de diciembre a buscar a un super un paquete de pilas, generalmente no eran tan flexibles en mi infancia, como lo son ahora hasta 24 horas están abiertos, así que era casi una misión imposible encontrar algo abierto en ese día, claro al final mis papas o mi lindo abuelito nos conseguían las beterías quien sabe cómo ni dónde pero lo lograban.

Lo mismo paso esta vez, pero ahora con todo abierto las 24 horas no tuvimos problema en salir a comprar unas cuando nos dimos cuenta de que faltaban y casi daba la media noche. Bonitas nos veíamos a esa hora, saliendo a comprar cosas, pero no eramos las únicas, tuvimos que hacer fila en la tienda, de la mucha gente que había a tales horas. Era más fácil buscar unas pilas que un adaptador de corriente. Lo de cambiar nuestra antigua escaladora, fue porque la que teníamos dijo mi hermana que ya era insuficiente y caduca, que necesitábamos algo más potente. Le dí la razón y estos días que la hemos usado, a los diez minutos en verdad sudo la gota gorda, algo que en la viejita era hasta los 3o o 40 minutos de estar trepada. Así que por ejercicio no me puedo quejar.