Un placer de los dioses

Este entrada se trata del placer de la comida y del plato que me comí ayer que estuvo tan bueno que la ocasión lo amerito, además, llevo tantos meses comiendo lechugas que ayer que fui a cenar con una muy querida amiga, nisiquiera pense en la línea, ni en las calorías, si sería mucho, ni en nada más que pedir lo que más me gustaba. No tarde mucho en escoger porque había una foto sobre la mesa promocionando un pan con nata, pero no era suficiente, le faltaba algo más, algo más de extra dulzura, miré el otro lado y entonces me encontre con esto: pan frances relleno de mermelada de fresa y nata, cubierto de mantequilla y canela, acompañado de salsa de mango, una bola de helado de vainilla rodeado de crema chantilli!

Estuvo más que delicioso, tanto que me lo sigo saboreando y ando fanteseando con regresar y pedir otro. Fue un placer de los dioses! jajajaja. Me sorpendo porque yo soy más de comida salda que dulce pero creo que tal vez mi cuerpo necesitaba algo así como esta bomba caloríca que hacia mucho no me daba gusto.

El fin de semana del viaje en una de las comidas en la mesa llego haber un pastel de zanahoria y chocolate, bañado en salsa glaseada, ni siquiera llego a la foto pero ese era compartido, sin embargo como mi pan francés no hay dos! La nata balancea lo dulce de la mermelada, lo neutro del pan se compensa con la canela y mantequilla de la cubierta, lo bañas en sala de mango con un toque amargo, con el final feliz del helado y la crema.