El viernes 30 de abril . Desde temprano mande ese mail de felicitación. Después de eso todo lo demás, es decir, tome camino hacia mi democrático metro, en el que se ve cada cosa, lo último fue señora que estaba sentada enfrente de mi y se venía poniendo sus lentes de contacto, según ella se enjuago la llema de los dedos dentro del estuche de los lentes con el mismo líquido, lo cual no me parece lo mas higiénico. Ya sé cuales cd piratas venden, yo entiendo que pues cada quien hace su lucha, pero si tan sólo le bajaran un poco al volumen, ya que su modus operandi es andar de vagón en vagón ofreciendo estos discos en las manos, mientras traen colgada una mochila dentro de la cual hay una bocina que toca la música en turno, pero a todo lo que da, así que con los escasos centímetros cuadrados de los que se compone cada vagón pues es casi para dejar sordo a alguien, máxime si la bocina le queda a lado del oído, no tienen ninguna consideración. Además es una interrupción para los que vamos leyendo, como a mi me gusta hacerlo en los trayectos largos. Esoty consiente de la situación del país, no tengo la respuesta en la mano, pero esta situación me recordó a lo que me contó mi tía cuando anduvo por Venecia, que había vendedores ambulantes que les ofrecián bolsas de renombre (no sé si orignales o no) pero en secreto porque si una turista es sorprendia comprando recibiría una sanción, no recuerdo si económica o algo así como quitarle su pasaporte, es decir, está prohibido que los turistas le comprén a estos individuos para no proliferar más este tipo de mercadeo ilegal, sería buena opción pero funcionaría aquí al menos en la megalopolis, no creo.
Me dí cuenta también que los vagones traen ventilación artíficial, eso ya lo sabía, pero casi nunca funcionaba, por medio de unos agujeros con uns ventiladores redondos en el techo de cada vagón ubicados en puntos estratégicos, las puertas de acceso, pero el aire que éstos avientan por alguna razón hace que me ardan los ojos, quisiera eveitar esto pero en casi todos milagrosamente están funcionando seguramente por los calores de los últimos tiempos, y si me toca ahi parada tengo que tener cerrados los ojos casi todo el tiempo porque involuntariamente se me cierran de que me empiezan a ardern, la sensación es parecida a cuando a uno le entra algo de crema al ojo, que empiezan a llorar y a cerrarse.
Como suele pasar llegue a la obra y yo apenas y llevaba pila en el celular, sí olvide cargarlo en la noche (yo sí sería de esas usuarias de las recargas express para pila de celuar, porque siempre lo olvido, ultimamente ya no tanto, pero nunca he visto nunca una estación de recarga, mi hermana y es jefe dicen que sí, pero al menos ninguna a mi alrededor cuando las he necesitado) afortunadamente tuve lo suficiente para intercambiar llamadas con mi jefe ultranecesarias para inforar del estado en el que estaba todo, los por menores y dudas. Me tarde más de lo que esperaba, así que cuando termine mi visita ya era la hora de la comida y todavía me esperaba un largo camino. No quise comer nada por ahí porque no sabía ni donde ni me había llevado presupuesto para eso, ya que no había planeado quedarme tanto tiempo pero todo se extendió. Aunque no me quedo otra más que pasar a comer a mi casa, que por cierto llegue además de hambrienta, muy sedienta, pero tuve una gran compañía: mi mamá. Volando me regrese a la oficina a mandar unos mails, revisar planos y mandar otros. Salí como a las ocho y para esas horas yo ya no daba una, después de haber cruzado la ciudad, me dormí temprano pero eso sí, soñando con mi príncipe azul :P
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