martes, abril 20, 2010

Pequeños detalles


Con todo y lo que me gusta este nuevo lugar hay algo que LLevamos en esta nueva oficina algo asi como dos meses, en los cuales no había pasado algo así, hasta la semana antepasa y ahora otra vez. Tal vez sea una señal de algo? yo y mis señales. La primera vez fue así: estabamos todos en nuestros respectivos lugares, no estaba mi jefe pero si estaba la ventana de su oficina abierta, lo mismo que de la sala de juntas, las dos dan al mismo lugar, un campo verde que después se convierte en montaña. De por sí este edificio tiene un eco tremendo, se escucha casi todo en dónde estés, así que con las ventanas abiertas escuche muchos silbidos de aves, muchos es muchos, entonces me levante y ahí estaban, una parvada de golondrinas que amenzaba con entrar por una de las ventanas que son bastante grandes y cuando hay ameneza de aves se vulven enormes. Sin dudarlo claro le dije a una de mis compañeras que por favor cerrara las ventanas antes de que se metiera una, porque algo así podría ser fatal, empezando mi, así lo hizo y no paso nada aquella vez, que alivió.
Este día transcurría normal, hasta que me levante y baje al sanitario que se encuentra un piso bajo el mío, cuyas ventanas dan al mismo lugar, el campo, entonces empece a escuchar el mismo sonido de las golondrinas, lo tengo ya bien ubicado, por el espejo las veía pasar por la ventana, que siempre están abiertas así estemos a 17 C, pasara la mano sobre el sensor del dispensador de papel para secarme las manos se me hizo eterno, nisiquiera espere a nada, lo arranque y salí corriendo, asegurandome de cerrar bien la puerta. No sé si será la primavera y por eso se alocan y empiezan a sobrevolar de manera muy insistente sobre nuestras ventanas, o tal vez haya un nido ahí, no me extrañaría porque la techumbre es de teja de barro, con las cabidades perfectas para albergarlos (por eso no me gusta nunca la teja) y en el edificio de enfrente he visto la marca de un nido que había ahí. No soy experta en estos animales pero sí puedo decir que éstos en particular les encanta volar muy bajo y casi rozarse con los humanos, lo ví mucho en Tequisquiapan, cuando nuestro hotel parecía el santuario de las golondrinas jaaaaaaaaaaaaaa, lo cual yo aborrecí.

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