jueves, septiembre 08, 2011

Ambientes



Esta semana ha estado un poco tranquila en el trabajo, a comparación de otras. Una parte porque mi jefe tiene una situación que atender que le resta tiempo de la oficina.
Y por otra, las obras siguen su curso, la casa grande están casi por comenzar a poner los acabados, es una casa enorme, lo mejor que tiene es su vista.  Está la otra casa, más pequeña que están a punto de terminar los acabados, la otra vez pasé y acababan de llegar los rollos de pasto. En la que no es tan fabulosa pero que con las renovaciones va a quedar muy bien, faltan algunas demoliciones de losas pero que hasta que no mande el estructurista los planos definitivos no se hará más. Sin embargo lo mejor es el jardín con acceso a una extensión  muy grande de un campo de golf. 
El otro día me mandaron a hacer un levantamiento sobre unas bodegas, que están en la zona industrial cerca de dónde estaba la otra oficina, muy cerca de dónde trabajaba yo antes. De hecho me lo recordó, vinieron muchas cosas a mi mente. Como que era una zona horrible para trabajar, todo era gris, había basura tirada por todos lados, muchas veces animales muertos, tierra por todos lados, nada bonito, con el tiempo eso me llego a deprimir, hasta que ya no pude más, en cuanto tuve oportunidad me salí de ahí, pero sigo pensando en como es que los seres humanos se llegan a acostumbrar hasta para lo feo y hasta verlo bonito. Aunque era zona industrial muy cerca de ahí había casas habitacionales, algo que habla de la pésima o nula urbanización ordenada. Pero a la fecha sigue y seguirá siendo el lugar de trabajo de muchos de todos los días. 
El lugar por dentro no era tan distinto a lo que se veía por fuera. No entenderé nunca porque el comedor no lo arreglaban, sin lujos ni nada, al menos que estuviera decente. Mucho veo que en otros países se preocupan mucho por el bienestar y el sentir de sus empleados en su lugar de trabajo, para lo cual tienen instalaciones bonitas, por ellos, no tanto por la imagen, pero acá ni por la imagen de los clientes. Muchos visitantes venían de otros países a conocer pero ni así. Sé que faltan tantísimas cosas en está ciudad, pero recuerdo zonas de ese tipo cuando estaba en Holanda y seguían siendo agradables. 
No entiendo a los jefes que no les dan ambientes armónicos y dignos y sin embargo quieren tener los mejores resultados. Por ese lado, debo decir que mi jefe si pone interés en ese punto, las oficinas son bonitas, a mi me gustan mucho, la otra vez llevé a mi mamá a conocer y también le gustaron.
De pasada, fuimos a comer a dónde solíamos ir cuando estábamos en las otras oficinas, nos dimos cuenta que el lugar lo habían ampliado y puesto más bonito. Aunque como está ahora tan abierto, entra un frío terrible, yo dí mi sugerencia que cierren con unas cortinas de plástico al menos, como hacen en los espacios de carpas. La comida no estuvo tan buena, al menos el guisado me decepcionó porque decía " fajitas a la oriental" y pues para empezar de fajitas no tenían nada, parecía machaca la carne (fotos en flickr) y luego de oriental menos, parecía que no la habían condimentado con absolutamente nada la carne. En fin ya me dieron menos ganas de regresar ahí. 

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