lunes, mayo 30, 2011

Cosas perdidas



Estos últimos días, he vivido situaciones medias intensas, generadas por la desesperación de no encontrar algo. Es terrible sentirse así, porque no quiero parara de buscar hasta encontrarlo. Esto es por la combinación de tres factores creo: mi desorganización, mi distracción y la interacción de esas cosas con más personas que sólo yo. 
La primera fue mi credencial de identificación. Fue un lunes, cuando por la mañana había ido al módulo para renovarla, de ahí me fui a la obra y la saqué para registrarme. Cuando me la devolvieron no la guarde dónde debía, grave error, porque de ahí ya no supe más. Pasaron los días y no me acordaba de ver dónde había quedado, con mi mente dispersa no podía recordar más, tenía muchas mas cosas en la mente que recordar, pero llegó el momento que no soporté más con ella extraviada, me entró la locura por encontrarla a como de lugar, moví cielo, mar y tierra dentro de mi casa, sentía una especie de angustia por no hallarla, de haberla perdido en algún lugar sin darme cuenta, que la buscaba con más ímpetu que el minuto anterior. Finalmente la encontré en el lugar más fácil que no revisé antes de armar la revolución. Me dije a mi misma que no volvería a no guardarla en el lugar que le corresponde, porque estuve un par de horas buscando. 
La otra vez fue cuando tenía que mandar mi reporte mensual para pagar los impuestos. Tenía facturas en mi cartera, en mi bolsa, en mi librero, en mi habitación, eso lo supe cuando tuve que tomarme el tiempo para buscar cada una de ellas. Pase también mucho tiempo buscando y organizando todas, más la captura que tengo que hacer para mandarla a la contadora. Mientras las buscaba me decía a mi misma que cada día revisaría si tengo alguna factura y la colocaré en el folder que le corresponde, que he dejado ya al alcance de mi mano en un lugar visible para tenerlo presente y cuando llegue el día no ande de arriba abajo buscando las facturas. 
La tercera fue mi perforadora con forma de corazón. Nunca se me había perdido pues la mantenía siempre en su lugar hasta que un día, por las prisas la deje encima de un mueble, luego luego llegó hasta mi habitación y luego no supe más, no sabía que estaba perdida hasta que la necesite nuevamente. Estuve largo rato buscando, arme una revolución de nuevo, porque no aparecía, había buscando en casi todos los lugares, hasta le hable a la señora que nos ayuda en la limpieza por si acaso la había visto. Me entro otra vez esa angustia de no encontrarla, y no querer parar hasta que la tuviera conmigo, me entro la locura, la desesperación, hasta que la encontré. La señora me dio las pista de mi habitación, empecé a buscar ahora ahí hasta que la encontré en un lugar que no me habría pasado por la mente, la caja de mis tijeras con bordes. 
Me di cuenta que necesito dedicar un tiempo para organizar esas pequeñeces que al final me pueden enloquecer, para poderme facilitar la vida, yo misma. En algunos casos es difícil pues yo no tengo el control absoluto sobre el movimiento de las cosas en esta casa, porque no soy la única que las manipula. A veces siento que es como estar dentro de un memorama viviente porque un día dejo algo en un lugar, y al otro día esta en otro, que muchas veces desconozco donde me lo pusieron. 
La buena noticia es que mientras busco ese algo me encuentro con otras cosas que tenía perdiadas también como mi libro de detalles arquitectónicos, que buscaba la semana pasada sin hallarlo porque ya se me hacía tarde y no pude detenerme más tiempo hasta encontrarlo, como en los otros casos. 

4 comentarios:

**Alma** dijo...

¡carambas! a mi me pasa muy seguido creo que me esta dando la Alemana... y de verdad me da mucho coraje que las cosas no las encuentre en donde "se supone que las dejo".

saludines

**Alma**

Millenia dijo...

verdad que si da coraje!
ahora me da más que antes! jajaja será como ahora paso más tiempo en la casa me fijo más en todoooo :P

todavia dijo...

Creeme que te entiendo plenamente! la unica cosa que jamas pierdo son mis anteojos, pero de ahi en fuera ay ay ay.... Cuando hablas de la desesperacion y el coraje solo tengo que recordar lo que siento yo cuando pierdo algo por no poner atencion en lo que hago y creeme que se que estabas sintiendo.


Saludos!!

Millenia dijo...

aahhh que bueno que no soy la única con esa sensación!
sabes, esos llaveritos que silbabas y sonaban como me gustaban, ahora los necesito más que nunca, cuando fueron lo in yo tenía como seis años jajaj pues eran un juego quién diría. a falta de ellos, que ya no he visto que vendan, de plano me las amarro en la bolsa, si las desamarro ya estuvo que no las encuentor jeje.
se me incremento aquella sensación y perdedeero de cosas, por estar aquí trabajando en la casa, después de 8 años trabajando fuera pos como que sí me desconciertan :)