Creo que cuando este tipo de eventos sobrepasan el poder y la fuerza humana, como es el caso que viven ahora nuestros iguales de Chile, es cuando viene la ayuda del más allá, del cielo y del universo para ellos. Es una tragedia y las imagines que transmiten son como de la película del 2012 pero esto es la realidad. Deseo que las pérdidas humanas no se eleven más y que tengan mucha esperanza para el mañana.
Vivo sobre el polvorín de esta megalopolis en donde los sismos no son desconocidos, los más pasan desapercibidos y uno que otro que logra expandir el pánico entre los ciudadanos en recuerdo del sismo del año de 1985 de esta ciudad que fue de 8,1 grados. Por dónde yo vivo se sienten menos que en otras partes porque el subsuelo no es de gelatina como en esas otras. Desde entonces no hemos tenido una tan fuerte como el de aquella ocasión, sin embargo se tomaron medidas necesarias en cuanto a los cálculos estructurales para los edificios. Que espero no tengan que ser probadas con otro similar, aunque la tierra está temblando. No lo voy a negar con lo de Haití y ahora lo de Chile, aunque son lejanas latitudes todos somos del mismo planeta y todo acá se puede llegar a mover, aunque me metí a la página del sismologico nacional y el de estados unidos (que tanto he mencionads aquí con frecuencia, por mis preocupaciones ante estos eventos) y no se han tenido movimientos últimamente en este país. Ahora en mi curso de los domingos como es en el centro, estoy sobre el subsuelo de gelatina, estoy en el piso once del edificio, el último, y aunque es de los más bajos de la zona, quisiera tener mi super salvadidas (inventando por mí) en caso de terremoto.
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