mi guía

Dejando a un lado el achicopalamiento, el arqui y yo nos fuimos a la aventura a nuestra manera claro está, dos espíritus camineros insipirados por las creaciones divinas de otros a través del tiempo plasmados en cada edificio. Nos fuimos a recorrer un cachito de la colonia condesa, una zona que me fascina de la ciudad por su estilo y la hisotoria dejada en sus fachadas. Para muchos sólo es una zona de antros muy conocida, pero para mí eso irrelevante, bueno sí me ponen a diseñar un antrillo tal vez me interesé más en el tema ja, a mí hablenme de arquitectura. Lo dos ibamos con nuestra respectiva cámara en mano, era un delirio venir a lado de él, cuando pasabamos por algún edificio reelevante (que yo ni por enterada) el me lo hacía notar, me señalaba los detalles sobresalientes, el estilo, la época, las anécdotas detrás de él, el intercambio de opiniones. A los dos el tiempo ni siquiera nos importó, nos detuvimos en cuanto lugar quisimos, fotografíando, admirando, respirando cada rincón de la arquitectura a nuestros pies. La misión era llegar a la zona dónde está nuestro proyecto en turno, del cual fui testigo de su proceso creativo con el arqui a mi lado. Muchas veces siento que es como estar con otro yo, jajaja porque muchas actitudes son tan precidas a las mías que me siento reflejada. Como cuando nos subimos a la azotea del edificio de a lado, los dos estabamos extasiandos viendo las fachadas superiores de todo lo que estaba a nuestro alrededor, los edificios altos que se levantaban alrededor, el cotraste de lo nuevo y lo viejo, nos quedamos ahí un rato más de lo que deberíamos sólo admirando la ciudad desde ese punto al cual pocos veces tenemos accesos ya que nosotros no vivimos en lo alto ni mucho menos en esos puntos claves de la ciudad. O cuando al casi cloncluir nuestro recorrido nos detuvimos en una tiendita por algo de beber, yo pedí lo de siempre un h2o me pregunto que tipo de bebida era esa le dije que algo parecido al agua mineral pero con un toque de limón (por dar una idea no sabía ni como describirla), mientras el tomaba el twist que es lo mismo (pero de otroa marca). Después de eso a nuestro paso estaba una libreria exclusiva de libros de arquitectura (aunque ahora ví algunos libros que nada que ver) y claro que por supuesto que nos metimos a darle un ojo, preguntamos por los libros que los dos queremos y que ya no existen pero con las esperanza que hubiera uno por ahí rezagado jajaja. Quedamos en hacer una cita en el museo de barragán (un conocido arquitecto mexicano q.e.p.d.) que yo ya fuí hace años pero no tengo inconveniente en ir cuantas veces sea necesario. Apreció su amabilidad y atención para resolver mis dudas en culquier momento, me dijo que tiene todo su sótano lleno de libros que también están a mi disposición. Espero poder ir hacer un recorrido por su casa así como cuando ibamos con un profe en la uni a recorrer los edificios representativos de la ciduad explicandonos todo desde la forma. Me dijo también que así como disfruta tanto los recorridos por la condesa, lo mismo le pasa con el centro de la ciudad, lo mismo que yo. Nuestro recorrido terminó y cada uno nos fuimos por nuestros caminos.