Al fin termine de hacer todos los pendientes del viaje. He reservado el último hotel y me siento algo agobiada, no diré cansada porque cansada lo estaba cuando trabaje a mil por ora allá en el rancho grande, eso si era cansancio, varias veces pensé que me desmayaría del agotamiento.
Lo bueno fue que mi prima decidió de último minuto ir a Praga, así que me ahorro el tiempo y esfuerzo de buscar el transporte y el alojamiento, ella lo hizo y la buena noticia es que nos iremos en auto, tendré más tiempo para disfrutar esa ciudad.
Tengo muchas cosas que hacer aún, repaso en la mente la ropa que me tengo que llevar pero no he guardado nada, lo que si tengo son ganas de llorar, sin una razón exacta, me acuerdo del innombrable y me dan más, entonces me digo a mi misma que esto es sólo un efecto químico, con toda la toxicidad de aquellos años, mi cuerpo no ha quedado limpio del efecto que el holograma que hice de él me proporcionaba, porque la realidad era demasiado dura.
Es cuestión de paciencia que todo deje de recordarmelo y parte de los picos y valles que tendré durante mi proceso de curación de las heridas de guerra que mantuve durante tanto tiempo sin morfina alguna. No se puede ser todo el tiempo fuerte. Creo que mañana amaneceré mejor.
Me digo a mi misma las veces que sean necesarias, como me dijo M que no me pregunte POR QUE lo hizo y me enfoque mejor en mi, mis planes, mi mejoría, en todo lo bueno que tengo.
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