lunes, mayo 09, 2022

Nuevos negocios


 


Con todo y la pandemia, para algunos fue dentro de todo un año bueno. Por ejemplo, abrieron un nuevo restaurante de comida mexicana cerca a mi trabajo, dónde antes existía otro que era de comida del sur, es decir, pollo frito, tipo Kentucky... Nunca lo ví abierto desde que llegamos a ese vecindario y paso prácticamente desapercibido por mi porque no soy fan de ese tipo de pollo, de hecho a unos locales de ese, está otro que vende pollo rostizado tipo mexicano también y voy seguido cuando no llevo nada de comer al trabajo.  

Entonces estaba un día buscando que comer que pudiera ir yo misma rápidamente a comprarme algo, cuando me acordé que días anteriores había pasado por ahí de noche y sólo así cuando no iba con prisas y en la oscuridad pude ver el letrero luminoso, me dije a mi misma " ya abrieron otro, lo vendré a probar un día" y así fue. La única persona que lo atiende es un señora mexicana, que me recuerda mucho a mi mamá, tal vez un poco más joven, le calculo unos 68 años o por ahí, pero me da demasiada ternura, y las veces que he ido, siempre me dan ganas de llorar, pienso en la necesidad que estará pasando para estar trabajando a esa edad, aunque ya sé que existen personas de más edad y trabajando en labores más  arduas, que cocinar, atender a los clientes y cobrar en un local, como los señores que estaban sobre la avenida del puente, una mañana de esas que estábamos enterrados bajo la nieve, y que como no pasaba el camión me fui caminando y oh de mi, que no habían limpiado las banquetas y tuve que andar zigzagueando de un lado a otro de la avenida, en el mejor de los casos y si no metiendo mis botas a la nieve que me llegaba a las rodillas, llegue hecha sopa a la oficina entre el sudor y la nieve que aún estaba cayendo, al final del puente, cuando por fin llegue apenas venía la brigada de limpieza, con varios señores latinos en su mayoría que me dijeron " con cuidado señorita¨ y yo cuando los miré solo me dieron ganas de llorar de imaginar todo lo que tienen que pasar para poder llevar al pan a la mesa de su casa, que seguramente estaran ya formados en las oficinas de trabajos temporales desde las 5 de la manaña, esperando por que les asignen un trabajo, y como son señore grandes, no son tan solicitados excepto para apalear la nieve, que son los trabajos que nadie quiere en invierno. 

Así me pasa con la señora de ese nuevo restaurante, que no se da abasto, generalmente es tardado cada vez que ordeno ahí , porque ella sola prepara todo conforme van entrando los clientes y no se da abasto. Me pregunto la otra vez si no conocía a alguien que le interesara trabajar para que le pudiera ir a ayudar, porque resulta que los jóvenes de hoy en día no están interesados en ese tipo de faenas, ni lo estarán, los tiempos han cambiado bastante, yo sólo pienso entre mi, cuantos de mi ranchou no querrían tomar ese trabajo!