miércoles, diciembre 30, 2020

Adios 2020


 


Creo que no podía terminar el año sin pasar por aquí, para despedir el año 2020 que esta a unas horas de irse. Es cierto que si para muchos ha sido el peor año de sus vidas, para muchos otros ha sido uno de los mejores. Yo no me podría quejar, si bien tuve algunos episodios de incertidumbre, y tristeza por circunstancias directamente relacionadas a la pandemia, siempre en cada año hay algo de eso, en mi caso el tema es relacionado a mi trabajo, en ese momento de incertidumbre al no saber que iba a pasar cuando todo el mundo se detuvo, me creó uno de eso picos de super estrés, creo que nunca antes tuve algo, porque trabaje tantas horas, con toda la adrenalina, con pocas horas de sueño y con la presión de las entregas de mis proyectos, que forcé a mi cuerpo tanto que me dio una señal de alerta, cuando las dos muñecas de mis manos comenzaron a dolerme de una forma inusual, pensé que ya jamás podría volver a escribir o a dibujar un plano, aunque tampoco me rendí, nunca llame a mi trabajo para decir que no entregaría los planos, seguí hasta que terminé aunque estaba desecha por dentro, física y emocionalmente. 

Divagaba dentro de la casa como un zombie en pijama, lloraba mientras seguía trabajando, tenía a mi lado un frasco con analgésicos, para poder seguir utilizando mis manos. Durante al menos dos semanas dormí 4 horas por día, me levantaba a las 6 am y me iba a dormir a las 2 am. B me apoyo encargándose de todo lo de la casa y lo mejor: de que yo comiera, tratando de darme ánimos y siempre le dije ¨Tu eres la mejor parte de la pandemia¨. También hago el reconocimiento a el apoyo del nuevo project manager fue primordial, creo que sin él, no habría terminado nunca. Y es que todo se junto, empezó la pandemia, nadie sabía que iba a pasar, seguiríamos trabajando, habría proyectos, cerraríamos, al mismo tiempo se fue uno de los pilares de la oficina, en el que yo me apoyaba mucho, cambiaron el código de construcción, como empezar casi de cero otra vez, luego yo me mude del depa 1 al depa 2, el papá de B tuvo que ser resguardado en una institución de asistencia, nos enfermaríamos, moriríamos, mi familia estaría bien, y el mundo estaba paralizado y a la vez no. Y digo a la vez no porque muchísimos trabajos se volvieron home office, como el mío y el de B, los supermercados seguían, todos esos trabajos de oficina seguían. 

Yo aún lo recuerdo como ayer, pero mirando hacia atrás fue en abril cuando empezó lo peor, trabajábamos desde casa B y yo y estábamos en el micro departamento, en el que no podías darle ni una vuelta a un gato -ese dicho lo escuche en inglés un día y me dio un ataque de risa por varios minutos, hasta llorar y no podía parar porque eran tan cierto-  pero teníamos un mini gym en el edificio, que me ayudo bastante, al cual al principio podía ir, pero conforme avanzaba la información sobre la propagación del virus, deje de ir, y mis únicos paseos eran al área de lavandería que estaba a lado del gym, por cierto como me gustaba ese edificio, cuando me cambie de mi depa a éste,  todo estaba recién remodelado. Aún no he podido superar por completo la situación de mega estrés en mi trabajo, lo sé porque aunque ya pasaron 7 meses, el otro día esperaba contársela a mi otro amigo del trabajo, pero me vinieron las ganas de llorar desde antes de empezar y me detuve. 

Los meses han pasado, poco a poco recuperando la rutina diaria, aunque durante la pandemia nos cambios a nuestro nuevo nidito de amor, que me encanta, el vecindario me puede fascinar. Salíamos a recorrerlo todos los días. Ahora con el frío no y por eso tanto trabajo bajar estos kilos de más. En mi vista a México lindo y querido también pase momentos de incertidumbre porque mi boleto lo había comprado con tanto anticipación por primera vez en la historia,  pero no tenía ni idea si iba a poder viajar para ese entonces con todo lo de la pandemia, especialmente que antes de viajar me hice la prueba para descartar que tuviera el virus porque estaría con mis tías aunque es relativo, lo sé, pero al menos quería estar segura que antes de subirme al avión no lo traía, pero B y yo fuimos cuidadosos en en el distanciamiento social porque si salía positiva no me podría subir al avión.